La venganza del fiscal Nisman

Desde su muerte, hace siete semanas, el cadáver de Alberto Nisman nunca fue tan zamarreado virtualmente como en estos días. En pocas horas fue borracho, pasó de homosexual a tener una novia por catálogo y se lo presentó en una escena de crimen donde agonizó largamente y su cuerpo fue movido.

Voceros gubernamentales, y sus auxiliares mediáticos, vienen insistiendo públicamente en que la denuncia presentada por el malogrado fiscal ni siquiera fue escrita por él. Ahora hasta revuelven entre sus papeles y eligen solo aquellos que más puedan beneficiar a la Presidenta para promocionarlos profusamente en un fallo judicial, en la Asamblea Legislativa y en una solicitada del Gobierno publicada en diarios argentinos y hasta del exterior.

El papelón de la semana fue protagonizado por Infojus (Sistema Argentino de Información Jurídica), portal del Ministerio de Justicia que pareció nacer como réplica del Gobierno al CIJ (Centro de Información Judicial), sitio de la Corte Suprema de Justicia. Infojus aseguró que Nisman tenía “un estado de embriaguez elevado” al momento de morir (le asignó 1,73 gramos de alcohol “por litro de sangre”, no en el estómago). Luego debió desdecirse de esa inexactitud, pedir disculpas y echar a su director. Infojus utilizó idéntico modus operandi que el Indec, la agencia Télam y la mismísima presidenta de la República: forzar y distorsionar información en beneficio propio.

El apellido de un solo juez, de pronto, se convirtió en otro sinónimo de “grieta”. Aquellos que habían denostado a Daniel Rafecas cuando llevó adelante la causa Ciccone, pasaron a adorarlo casi de manera incondicional apenas desestimó la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la Presidenta.

“Un juez serio y decente como Rafecas es algo que no tiene precio”, se mostró zalamero Horacio Verbitsky en su columna dominical. El columnista estrella de Página 12 escribió que la Argentina solo quería dar vuelta la página en las relaciones bilaterales con Irán.

Fue tal la ofensiva oficial para intentar sepultar la denuncia de Nisman. Medios y periodistas se embanderaron con el fallo de Rafecas casi con la pasión afiebrada de una final mundialista. Todo el aparato de comunicación oficial y paraoficial repitió una y otra vez los párrafos fundamentales del escrito del magistrado, aun hasta después de que el fiscal Gerardo Pollicita lo apelara.

Pero Nisman, a su manera, se está vengando post mórtem. Se haya suicidado o haya sido víctima de un asesinato, el fiscal tomó recaudos para que la documentación por él recolectada lo trascendiera aun si, como finalmente ocurrió, por alguna razón perdía la vida en el transcurso de la investigación.

Uno de los periodistas de Infobae que más siguen el tema AMIA recibió hace unos días un sobre que contenía un disco con más de 40 000 escuchas del caso. Ante la imposibilidad física y temporal de revisar cada una, Daniel Hadad ordenó subirlas a todas. Ese sitio, como otros, fue atacado por hackers decididos a impedir que se abra la luz en medio de las oscuridades del caso Nisman.

Pablo Sirvén/Diario La Nación de Argentina, GDA

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