La Nación, Argentina, GDA
El brote de ébola ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una emergencia global. Es más, el organismo acaba de aceptar que la amplitud de expansión del virus está “significativamente subestimada” y que se sigue difundiendo por África Occidental, al punto que se espera que la epidemia sólo pueda llegar a ser controlada en seis meses.
Esta experiencia, que va en camino de superar la suma de los 24 brotes de ébola anteriores conocidos, que fueron sofocados fácilmente, tiene características tan especiales que será necesario tener muy en cuenta para el futuro y para este tipo de enfermedades emergentes. El reconocimiento de la gravedad y la naturaleza inusual de este brote se hizo demasiado tarde, cuando la enfermedad ya había causado la muerte de casi mil personas en varios países de África Occidental. El origen del virus fue rastreado hasta una aldea de Guinea -en la triple frontera de este país con Liberia y Sierra Leona-; allí un niño de 6 años había muerto, en diciembre del año pasado, y fue la puerta de entrada a toda la región. El 31 de marzo de este año, la ONG Médicos sin Fronteras advertía que el brote no tenía precedente y que como se estaba manifestando en tantos lugares distintos sería enormemente difícil de combatir.
Para los especialistas, la rápida propagación está íntimamente ligada a la modernización del continente africano, y se inició en una zona de mucho tránsito de personas. Por eso, tampoco los trabajadores de la salud reconocieron la enfermedad a tiempo ni tenían equipo y capacitación para evitar contagiarse.
Ahora que este panorama se ha aclarado lo suficiente, ha llegado el momento de que los gobiernos de todo el mundo comprendan la importancia de tomar todos los recaudos posibles para que el ébola quede lo más circunscrito posible. En la Argentina, el Viceministro de Salud mantuvo el martes pasado una reunión con distintos representantes del Gobierno y de organismos internacionales para revisar las acciones oficiales previstas ante la eventual aparición de casos del virus en el país, y ya hay alerta epidemiológico en la provincia de Buenos Aires, es decir que hay hospitales de referencia y los equipos de salud recibieron información clave sobre cómo sospechar un caso, cómo diagnosticarlo y tratarlo y prevenir contagios.
Como aún no hay vacuna ni tratamiento curativo efectivo para esta enfermedad, lo cual la convierte en un mal con elevada tasa de mortalidad, se hace imprescindible que toda la población sea instruida sobre sus características para que pueda ser rápidamente reconocida -la OMS recomendó a sus 194 países miembros no permitir el viaje a ninguna persona con un malestar similar al ébola- y que las autoridades sanitarias actúen en consecuencia. Las campañas de educación pública, una vez más, deben ser implementadas para acompañar los criterios aconsejados por la OMS.