La reciprocidad nos sacará del hueco

¿Saldremos o nos hundiremos, de la crisis, económica y política, que se profundiza con el terremoto? Saldremos, si nos montamos en el lomo de una voluntad colectiva que ha dado la cara al caos.

La evidencia es que frente al desastre, las “soluciones” populistas y mesiánicas bajaron de perfil, frente a una energía poderosa, de unidad y solidaridad, levantada desde la sociedad civil, que podría constituirse en fuente del acuerdo nacional que requiere el Ecuador para salir de hueco.

Sí, en estos dolorosos y traumáticos días, la gente común y corriente, la ciudadanía, tomó conciencia de su fuerza y de sus capacidades, asumiendo un rol proactivo, que superó en la práctica a un Estado pesado, hipercentralizado y aturdido, con su líder fuera del país.

La sociedad civil, desde los primeros minutos del desastre, utilizó a las redes sociales, para superar el autosilenciamiento de los medios oficiales y no oficiales, desatando información y múltiples acciones de solidaridad que lograron no solo llegar con agua, alimentos y otros insumos a los lugares arrasados por el sismo, sino que, con su ejemplo, sacudieron a otros actores nacionales e internacionales, para que se incorporen al esfuerzo de salvamento. Sin embargo, cabe reconocer, la ágil intervención de gobiernos locales, como el de Quito que, con los heroicos bomberos a la cabeza, brindaron a tiempo, su mano de ayuda.

Con el líder en el país, la iniciativa oficial se recuperó paulatinamente. Pero con sus virtudes y sus vicios: politización de la ayuda, forzada “figuración” de los presidenciables de Alianza País en los lugares más golpeados y utilización del dolor colectivo, por los impactos del terremoto, para imponer un paquetazo económico, el aumento del IVA al 14%.

Pero la ciudadanía no bajó la guardia. Recrea la memoria y artefactos culturales de nuestras matrices ancestrales indígenas. La minga, que es solidaridad movilizada a favor de nuestros hermanos de Manabí y Esmeraldas; y la reciprocidad andina, que se expresa así: “asumimos el 14% del IVA, siempre y cuando el Gobierno asuma su parte, eliminando el derroche y sus símbolos: las sabatinas, el ministerio de la felicidad, etc”.

Al respecto, en Facebook proliferan mensajes como estos: “! Soy ecuatoriano y no tengo miedo a pagar el 14% de IVA, pero lo haré con una condición: ¡Que los asambleístas ganen USD 365 por un año…!”; “A la gente no le duele que le alcen el impuesto. Le duele que no bajen el despilfarro”. Si impones el 14%, garantizas el buen uso y transparencia: “Lo recaudado para la reconstrucción… debe ir a una cuenta aparte, auditable, no puede ir a la cuenta única del Estado”.

Así, la reciprocidad, que emite un mensaje de corresponsabilidad y confianza, es el instrumento más potente para el acuerdo nacional, que sacará al país del hueco.

mluna@elcomercio.org

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