Sé que los consejos no solicitados, por lo general, caen mal. Pero que caigan mal no quiere decir que no puedan ser útiles. Por eso, aunque no me los has pedido, te doy estos pocos tips que te pueden servir en el camino que al parecer comenzarás este 24 de mayo. Te tuteo, porque es la única forma en la que puedo dirigirme a ti: de mandante a mandatario, es decir, de ciudadana a ciudadano; solo que tú estás a cargo de administrar el país y yo tengo que vigilar que lo hagas bien. Y te tuteo también porque así te he tratado desde que tengo memoria.
Para empezar, te sugiero que durante todo tu período pienses en la otra mitad. En la que no votó por ti. Ahí está el secreto. Si no lo haces, habrás perdido la oportunidad histórica de suturar esta herida abierta, sangrante y purulenta en la que se está convirtiendo el Ecuador. Gánate, si no la confianza de los
4 827 000 de ecuatorianos que no votaron por ti, que al menos te den en beneficio de la duda y vuelvan a querer arrimar el hombro para salir todos adelante. Supongo que sabes cuánto los necesitas, porque muchísimos de ellos son generadores de empleo.
Con este objetivo en mente, comienzo por algo que parece insustancial pero no lo es: las formas. Toda ética tiene una estética y viceversa. Cuando carajeas, seguramente, estás comunicándote con tu feligresía, esa a la que ya tienes ganada por descontado. ¿Te interesa comunicarte con la otra mitad también? Sé tú, sin carajazos; sé tú, afable, como sueles ser.
Pero si vas a tomar un solo consejo de todos los que te dé a través de estas líneas, por favor que sea este: desintoxica tu entorno de presencias nocivas (tú sabes cuáles, lo sabe todo el país; no necesito ser explícita). Esta sería la prueba mayor de que realmente quieres hacer otro tipo de gestión política.
Si por sobre cualquier cosa te importa el país, devuélveles la legitimidad y credibilidad a las funciones del Estado y a los organismos de control. En mis sueños más salvajes te veo convocando a una consulta popular para designar nuevos Contralor y Fiscal, y además activar un mecanismo que permita otra conformación del CNE, más plural. Me corto un dedo a que tendrías el apoyo de toda la Asamblea: con los votos de tu bancada y los de las bancadas que representan a la otra mitad del país. No hay pierde, hazlo. Ganamos todos.
Si, de yapa, me quieres hacer caso en esto ya estarías cerquísima del “verdadero cambio”, como decías en campaña: que los medios públicos sean públicos y no gubernamentales; y que se acaben las sabatinas y toda forma de marketing político con nuestra plata para, a cambio, iniciar una campaña por el cero dispendio (eso incluye que no haya más karaokes pagados con fondos públicos).
Y aquí paro porque los consejos no solicitados caen mal y más si vienen de la otra mitad: casi cinco millones de ecuatorianos a los que te tienes que ganar. Mucha suerte, Lenín.