El famoso periodista argentino Jorge Lanata, conocido por reventarle la paciencia y algunas cosas más a quienes ostentan el poder de turno, escribió sobre el tema.
La reflexión aparece en su libro 10 K, la década robada – en alusión a los gobiernos de Néstor Kirchner (+) y su viuda, Cristina Fernández a los que califica como los años de la grieta (Editorial Planeta, 2014)
Cuenta el periodista que utilizó la alusión a la grieta cuando en produjo un DVD que circuló con diario Perfil ( uno de los tantos medios donde ha trabajado) para presentar entrevistas sobre la dictadura militar. Reconoce ahora que aquello no fue una grieta sino un abismo y piensa que la grieta se presentó durante de la década de los Kirchner en el poder de Argentina. Considera Lanata que al asumir Néstor Kirchner el poder buscó un consenso que no tenía, intentó legitimarse usando a los organismos de derechos humanos a los que desnaturalizó (prostituir a la mayoría, dice).
Explica Lanata que la grieta que comenzó en la política, dividiendo, polarizando, se transformó en algo cultural. ‘familias divididas, amigos que no se dirigen la palabra. La última grieta tardó más de treinta años en cerrar’. Los linchamientos públicos de periodistas, las campañas sostenidas por el aparato de propaganda estatal para desacreditar a los opositores, las ‘purgas’ universitarias, las agresiones puras y llanas no registran casos similares en la historia de la democracia argentina’.
Jorge Lanata narra que recordaba ese título cuando le otorgaron el premio Martín Fierro por décimo cuarta vez( es el premio mayor de la televisión argentina). Nunca había visto una división irreconciliable. ‘Todos somos el país, nadie tiene el copyright de la patria ni de la verdad’. Ojalá lo podamos superar, ‘dos medias Argentinas no hacen una Argentina entera’.
Lanata recordó el procedimiento político para consolidar una estrategia electoral, cohesionar el frente interno frente a un enemigo común, re escribir el pasado( lo que muchos llamaron ‘el relato kirchnerista’), la invención de enemigos imaginarios. Todo un manual de usos que han envilecido la política en el planeta y han causado divisiones irreconciliables en Europa ( con letales y terribles consecuencias) o consolidación del poder excluyente de todas las formas distintas de pensamiento.
El Frente para la Victoria del matrimonio K, no fue sino la línea de sucesión de un poder que ha dominado el espectro argentino desde los años 40 del siglo pasado. Juan Domingo Perón, el caudillo, fue militar, líder de masas, jugó con la izquierda pero la condenó y tuvo en su puño a los poderosos sindicatos. Peronistas han sido Cámpora, Menem, Duhalde, Kirchner y Cristina, peronistas procuran hoy cierta gobernabilidad a Macri y otros de ese origen piensan sucederle. Ningún gobierno que no sea peronista ha concluido su mandato en 60 años. Como decía el general en su irónica frase a un diario de Estados Unidos: aquí en Argentina, peronistas somos todos.