Parecería que para la humanidad es difícil lograr un equilibrio entre sus propias creaciones, como la ley y sus ambiciones o directrices hacia el ordenamiento jurídico futuro. La aplicación de la ley y en especial de los principios y normas constitucionales deberían ser de fácil ejecución y ejercicio, sin embargo, se enfrentan a la realidad cotidiana de quienes sustentan “el poder” y por lo tanto, pretenden utilizar todos los mecanismos “legales” para la consecución de sus objetivos.
La Corte Constitucional tiene claramente definida sus funciones y procedimientos; sin embargo, considero que ello debe estar concatenado con la responsabilidad de sus integrantes en las resoluciones que dicte. Es una responsabilidad histórica ya que de ello depende en gran parte el equilibrio jurídico-político dentro de un Estado de Derecho. Caso contrario darían luz verde a un Hiper-Presidencialismo “Democrático”.
Se espera de los miembros de la Corte Constitucional tengan un proceder con un criterio motivado, neutral y reflexivo apegado a la ley, independiente de la Función Ejecutiva o de la Asamblea Nacional.