Hacer lo obvio

Lo obvio es tener un rumbo claro y posible para que la gente progrese sostenidamente, poniendo en práctica lo que sea posible de lo señalado en la Constitución de Montecristi y evitando lo contraproducente. Lo obvio es que la política económica cuide los equilibrios, más aún cuando no se tiene moneda propia. Y aquello se consigue cuando la producción de un país crece cuantitativa y cualitativamente en forma sólida y efectiva, con la inversión pública en lo que atañe a las responsabilidades del Estado y con la inversión privada de buenos empresarios, grandes, medianos y pequeños. Cuando la banca atiende al crédito productivo y no solo al consumismo desatado, privilegiando los requerimientos de los más necesitados de capital para ayudar a disminuir el número de pobres como se hizo en el Brasil de Lula. Es impresentable que un Gobierno de izquierda permita que las tasas de interés para el micro emprendedor sean del 30%. Lo obvio es bajar drásticamente esta tasa para generar autoempleo, ya que el aparato productivo perezoso del Ecuador no crea más empleos formales. Si no se hace esto, ¿de qué economía social y solidaria estamos hablando?

Lo obvio en la política fiscal es cobrar más tributos a los que más tienen y a los que más ganan, priorizando enérgicamente la recaudación a los “empresaurios” que han evadido y eludido sus impuestos. Pero también es apoyar a los empresarios que trabajan honestamente, porque de lo contrario la producción no crecerá nunca.

De otro lado, el gasto fiscal debe ser austero y redistributivo para favorecer a quienes más necesitan apoyo del Estado, sea en infraestructura social o en forma directa, tornando eficaces a ciertos subsidios.

También es obvio racionalizar los subsidios a los combustibles, manteniéndolos para los que realmente necesitan y no para los que si pueden pagar precios reales. Me pregunto porqué no se comienza eliminando el subsidio a la gasolina súper que consumen los automotores cuyos dueños si pueden pagar, incluso para disminuir su consumo. Los estadistas deciden aunque bajen en las encuestas, cuando esas decisiones favorecen la sostenibilidad virtuosa de una economía sana y viabilizan el rumbo.

Hacer lo obvio es someter a licitación todas las obras grandes del gobierno para evitar que en arca abierta el justo peque. El Gobierno debe ser impoluto, pues si hay corrupción el pueblo sentirá que le han traicionado a la confianza y castigará en las urnas, por más que se malgaste ingentes cantidades de dinero en publicidad y propaganda.

Lula disminuyó el número de pobres porque hizo lo obvio. Si en el Ecuador no se disminuye el número de pobres teniendo un precio del petróleo tan alto, la inseguridad será crónica, la gobernabilidad será difícil y los sueños de reelección se esfumarán.

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