Obama y Brasil

Obama inicia hoy una gira por tres naciones sudamericanas en un contexto en el que la influencia de EE.UU. en la región -sin dejar de ser importante-, ya no es la misma del pasado.

No lo es en el ámbito económico, en gran parte por la creciente presencia de China, y no lo es en el ámbito político porque más de un gobierno ha dado muestras de mayor independencia.

Uno de los países que mejor ha demostrado que es posible tener divergencias de fondo frente a Estados Unidos, y al mismo tiempo perseguir beneficios de interés mutuo, es Brasil.No es casual que Obama inicie allí su visita.

Se trata de una gira cargada de simbolismos, importante al menos por tres razones: En primer lugar porque es un reconocimiento explícito -pésele a quien le pese- del liderazgo de esa nación en la región. En segundo, porque es una muestra de que EE.UU. reconoce el creciente peso e importancia que a nivel global ha adquirido el gigante sudamericano y está dispuesto a tener un diálogo no sólo sobre asuntos bilaterales, sino también a discutir asuntos de carácter global.

En tercer lugar, la visita es importante porque demuestra que el gobierno de Obama ha entendido la relevancia que tiene (especialmente en un contexto de crisis económica) vincularse a las economías emergentes, aquellas que hoy tienen mayor dinamismo y pujanza a nivel mundial. Si países como el nuestro (México) aparecen cada vez más circunscritos al campo semántico de los problemas, Brasil aparece en el terreno de las soluciones y alternativas de futuro.

Es cierto, la visita no contempla la firma de acuerdos de gran importancia y es poco probable que incluya un apoyo explícito a la pretensión de Brasil de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad. Pero podrían darse pasos en el ámbito energético y de las infraestructuras. El interés de EE.UU. por crear una relación económico-comercial con Brasil es claro.

Raramente los presidentes de EE.UU. van acompañados de secretarios en sus viajes al exterior. En éste, acompañan a Obama, al menos, los encargados de Comercio, Energía y del Tesoro.

Los recientes hallazgos de petróleo en Brasil -el llamado Presal- colocan al país entre los 10 con mayores posibilidades de producción a nivel mundial. Diversificar sus fuentes energéticas es uno de los objetivos más importantes de la administración de Obama.

El Gobierno estadounidense no puede sino mirar con buenos ojos el crudo brasileño en un momento en el que los precios han vuelto a subir por la inestabilidad en Medio Oriente, y cuando países como México se acercan al límite de sus reservas. Claramente, en Brasil podría estar la respuesta al objetivo planteado por Obama de disminuir su dependencia energética frente a ‘naciones poco amigables’. Y no menos importante, Brasil es una gran fuente de energías alternativas, otro de los objetivos de Obama.

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