Números y magia

Los resultados de la consulta popular han aportado una dosis de magia y hasta de humor. Solo hubo ganadores. Quienes perdieron fueron los primeros en declararse ganadores. Para ello echaron mano de retorcidas y jocosas manipulaciones de los números que parecían ser de una simplicidad inequívoca.

Dejemos a un lado el número cabalístico, seguramente no deliberado, de las siete preguntas de la consulta.

Todos los magos y aficionados al esoterismo, en todas las civilizaciones, le otorgan a este número características especiales. Dios descansó el séptimo día, siete son los planetas, siete los pecados y las virtudes, siete los colores del arcoíris, las plagas de Egipto, las vidas del gato y siete las preguntas de la consulta.

Ganó el Sí con cifras entre el 63 y 73 por ciento y perdió el No con cifras entre el 26 y el 36 por ciento.

¿Cómo argumentar la victoria del No?
En plan de chacota dice uno de los que apoyaban el No, que 16 organizaciones apoyaban el Sí y, por tanto, a cada una le corresponde un 4 por ciento.

El No, dice, solo tenía el apoyo de la revolución ciudadana, en consecuencia, a ella le pertenece el 36 por ciento.

Otro comentario bufo compara las cifras de la consulta con los porcentajes obtenidos por los candidatos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en la que ningún partido llegó al 36 por ciento.

Entre los juegos de cifras que se han hecho, solo faltó señalar que tanto el Sí como el No eran apoyados por Alianza País y por tanto podría atribuirse la suma de 73 y 36 y ya tendría más del cien por ciento.

Este manejo alegre de las cifras recuerda la broma de los tres amigos que van a cenar y cuando piden la cuenta el mesero les dice que son 30 dólares. Cada uno de los amigos entrega diez dólares pero el gerente le dice que son conocidos suyos y que les devuelva cinco. El mesero no sabe cómo repartir los cinco dólares entre los tres amigos, se queda con dos y devuelve un dólar a cada uno.

Luego el mesero, pensando como los de la revolución ciudadana, dice: Cada uno me entregó 10 dólares, les devolví un dólar; entonces cada uno pagó nueve, por tres 27 y dos que me quedé yo, 29; ¡me falta un dólar!

Para mayor confusión, un amigo hizo la siguiente cuenta: por el No votaron los enemigos de Moreno, los enemigos de la derecha, los enemigos de la izquierda, los amigos de la corrupción y los amigos de Correa; a cada uno le corresponde, entonces, un 6 por ciento.

Dejando de lado las bromas y la manipulación de las cifras, ya sabemos con cuánto ganó el Sí, pero no sabemos para qué servirá la victoria.

Puede servir para que todo siga igual; puede servir para que todo cambie; para que se acomode la derecha con los votos de la izquierda o para que se acomode la izquierda con los votos de la derecha.

Si se acomoda la derecha resentirá la izquierda y si se acomoda la izquierda se decepcionará la derecha.

lecheverria@elcomercio.org

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