Nombres… para nuevo Contralor

mluna@elcomercio.org

Si la lista de Odebrecht se destapaba hace dos meses, el señor Lenin Moreno no llegaba a la presidencia. Si la lista de Odebrecht entregada por Brasil no se transparenta y si no genera las consecuencias debidas contra las cabezas de la presunta mega estafa, el gobierno del presidente Moreno será cada vez más débil.

Si el actual mandatario subió con problemas de legitimidad, la bruma de dudas de corrupción que rodean a algunos de sus altos acompañantes, terminará por hundir a un gobierno que necesita de credibilidad para convocar a aliados nacionales e internacionales que le ayuden a enfrentar la tremenda crisis económica contenida con saliva.

Mientras pasan las horas, el capital político acumulado por iniciales acciones contra los primeros nombres de la mentada lista, se comienza a diluir por la consciente labor de una Asamblea de mayoría correísta, que pone dificultades para que avance la acción fiscalizadora de un espacio que se tapó los ojos y los oídos durante una década. La legitimidad de este espacio también se desmorona.

La estructura estatal hipercentralista, montada durante 10 años, es seriamente remecida por el terremoto político de estos días. La Fiscalía está afectada; la Contraloría seriamente resquebrajada (con un Contralor presuntamente implicado en el “affaire” y con la disputa a dentelladas por el puesto de Contralor Subrogante) y, el Consejo de Participación Ciudadana, más desprestigiado que nunca, ya que se lo ve como uno de los principales responsables del desastre, por su inoperancia en el tema corrupción y por su responsabilidad en la designación de funcionarios de dudosa eficiencia y condición ética. La percepción de mucha gente es que la Asamblea, con sus maniobras, con el juicio político a un Contralor ausente, pero al mismo tiempo prontuariado (por lo que es imposible que venga a defenderse), intenta ganar tiempo o construye una cortina de humo, para dar salida sin “mayores” costos al correísmo implicado en el festín de millones.

Las disputas al interior del gobierno y de Alianza País pueden llevar a cualquier parte. Siendo la más segura a tapar todo, debido a la fuerza y al cinismo de los nuevos ricos. Pero también al caos. Moreno perdería, y sobre todo el Ecuador.

Muchos ciudadanos están hartos de la maniobra y de la corrupción. Ya se oye la consigna “que se vayan todos”. Seguramente su malestar se transformará en movilización social. Las calles comenzarán a hablar. El escenario se tornaría favorable para que el país transite hacia caminos democráticos y éticos.

En esta dirección, la sociedad civil debe preparar nombres, independientes y honestos, para la designación del nuevo Contralor. En las redes se oyen algunos: Fernando Villavicencio, Ruth Hidalgo, Jorge Rodríguez, María Paula Romo, y otros.

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