Las redes sociales en Brasil explotaron hace pocos días con millones de mensajes de hombres, mujeres, homosexuales, transgénero, etc., de todas las edades y condiciones sociales. ¿La razón? El Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA) publicó una encuesta que arrojó este resultado: el 65% de los brasileños estaba de acuerdo en que las mujeres que usan ropas provocadoras merecen ser atacadas por los hombres.
Indignada como muchos por esa troglodita constatación, la periodista Nana Queiroz lanzó una campaña a través de Facebook con el eslogan ‘Yo no merezco ser violada’. La campaña fue tendencia, la periodista ganó millones de seguidores, hombres y mujeres tatuaron partes de sus cuerpos con esa frase. Otros subieron fotos a las redes sociales con sus cuerpos pintados o con carteles de apoyo a la iniciativa de la periodista.
La mayor sorpresa vino a los pocos días de la indignante constatación divulgada por el IPEA. Resulta que, por un problema en el registro de los datos, la muestra estaba errada. No era el 65% de los brasileños que estaba de acuerdo en atacar a las mujeres que se visten con poca o con provocadoras ropas y que por esa razón merecen ser atacadas. El dato correcto era que el 26% de los brasileños está de acuerdo en el ataque a las mujeres por usar ropas que provocan a los hombres.
Así sea el 26%, la realidad es que en un país con 200 millones de habitantes el número de personas que está de acuerdo con tamaña estupidez alcanza los 52 millones. Patético, descabellado, absurdo; los adjetivos sobran, la sociedad parece que está confundida con los mensajes moralistas y no piensa en la necesidad de una educación mucho más inclusiva, que erradique la ignorancia, el machismo y la hipocresía.
¿Si un hombre se viste con un pantalón corto, se quita la camisa, quiere decir que está pidiendo ser violado? La empresa encuestadora ¿se hubiera atrevido a hacer esa pregunta respecto a los hombres? Seguramente la mayoría respondería que no. Pero cuando se trata de una mujer en biquini o con minifalda ¿el ataque se justifica? Absurdo concepto machista.
Escoger la ropa de vestir, pintarse el cabello con el color que te dé la gana, tatuar tu cuerpo con los dibujos o diseños que quieras, es una decisión de tipo personal que nadie debe juzgar. La foto de una mujer con poca ropa publicada en la portada de un periódico no es ni buena ni mala, salvo que quien la mira no tenga o carezca de criterio o que sea un hipócrita.
Se juzga una imagen pero no se tiene en cuenta que la Red de redes como es la Internet da acceso a centenares de miles de imágenes mucho más fuertes que la publicada por el matutino sancionado. Algunos se creen revolucionarios, pero son retrógrados y se olvidan que los fariseos eran religiosos que cumplían las reglas y los principios, pero sus corazones seguían dominados por el mal.