El porcentaje de pobres en la población del Brasil es bastante similar al porcentaje en la población de nuestro país. Pero lo curioso es que el Brasil es una economía casi dos veces más rica que el Ecuador. ¿Cómo explicar que en los dos países haya el mismo porcentaje de pobres, si el uno es casi el doble de rico que el otro? Muy sencillo: la distribución de la riqueza.
En una medición internacionalmente comparable de pobreza, calculada por el Banco Mundial (población que vive con menos de 2 dólares por día en valores de paridad de poder adquisitivo), resulta que tanto en el Ecuador como en Brasil cerca del 18% de su población era pobre en el año 2007. Por otro lado, el PIB por habitante del Ecuador ronda los USD 4 000, mientras que el de Brasil está alrededor de USD 7 500.
La única explicación para que dos países con diferentes grados de ingreso tengan niveles similares de pobreza es que en el Ecuador está mejor distribuida la riqueza que en el Brasil, porque resulta que nuestro país tiene una de las mejores distribuciones del ingreso de América Latina. Según las Naciones Unidas, de 17 países de la región, el Ecuador tiene la quinta mejor distribución del ingreso (lo cual sigue siendo un honor a medias, ya que Latinoamérica tiene una de las peores distribuciones del mundo).
Pero el hecho final es que tenemos una mejor distribución del ingreso que la mayoría de países del subcontinente y eso es un elemento central que debería tomarse en cuenta en el diseño de las políticas económicas, sobre todo si el objetivo es reducir la pobreza. Porque para lograr esa tan deseada reducción hay, básicamente, dos alternativas: redistribuir la riqueza ya existente o crear más.
Cuando el gran problema de un país es que su riqueza está mal distribuida (como en Brasil), se puede lograr mucho en la lucha contra la pobreza al redistribuir lo que hay. Pero cuando el problema es que el país en su conjunto es pobre (como era la China hace un par de décadas), la manera de luchar contra la pobreza es crear riqueza.
El caso del Ecuador está más cerca del caso chino que del caso brasileño, por lo que nuestra estrategia debería centrarse en crecer y en crear más riqueza y menos en repartir lo que existe.
Y si queremos que algún día dejen de migrar los ecuatorianos al extranjero, si queremos que algún día dejen de matar a nuestros compatriotas que quieren cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, en ese caso, tenemos que reducir el número de pobres en el país para que la gente ya no quiera irse. Y eso solo lo vamos a lograr si hacemos que nuestra economía crezca mucho y por muchos años; si creamos riqueza.
La mala noticia es que para este año, las Naciones Unidas estiman que la economía ecuatoriana será la segunda que menos crezca en América del Sur.