Los países provistos de recursos naturales valiosos y con posiciones geográficas estratégicas, que esgrimen la defensa de la soberanía, sin poseer una política exterior definida únicamente en el interés nacional; se convierten en oportunidades económicas y en espacios de competitividad para el posicionamiento geopolítico de potencias emergentes.
Esta especie de neocolonialismo de los países de las semiperiferia, como los denomina la teoría del sociólogo y cientista social norteamericano Immanuel Wallerstein, tratan de controlar a los países en desarrollo, o de la periferia, aprovechándose de la debilidades institucionales, del autoritarismo, de la profunda desigualdad social, económica, conflicto étnico, religioso, social, o ideológico.
En países como Sudán, Mali y la República Centroafricana, aparte de la intervención externa para restablecer el orden y la estabilidad, existe también la presencia y control económico de grandes potencias, como la República Popular de China en la región.
Sin embargo, la proyección del poder marítimo de la República Popular China, en forma de comercio pacífico, obtención de recursos, construcción de infraestructura portuaria, canales, oleoductos e hidroeléctricas se realiza también en Latinoamérica, con procesos similares y singularidades regionales.
Lo más reciente es el proyecto aprobado por el Gobierno nicaragüense para la construcción de un Canal bioceánico.
La compañía HKND del inversionista Wang Jing, recibirá esa concesión por un periodo de 50 años prorrogables hasta cubrir la inversión de USD 18 000 millones.
El proyecto que busca construirse en Nicaragua competirá con la ampliación del Canal de Panamá, próximo a inaugurarse al permitir ambos el paso de buques post-Panamáx, porta contenedores, tanqueros y graneleros más grandes del mundo.
El canal proyectado, revolucionará tecnológica y operacionalmente al transporte marítimo.
Lo hará de modo directo desde el Asia a las dos costas de los Estados Unidos de Norteamérica y viceversa, dará mayor acceso a los recursos y mercados para la República Popular China, incluyendo el petróleo venezolano; pero al mismo tiempo se desarrollara un “Hub” y enclave estratégico chino.
Este sería un valor comprobado en el diferendo existente entre Nicaragua y Colombia, que al desconocerse el Tratado de límites Barcenas Esguerra y al considerar al Fallo de la Corte Internacional de La Haya como inaplicable (un fallo de reciente expedición), en medio de la tensión existente, Rusia sobrevoló el espacio aéreo colombiano sin permiso y se encuentra en duda el ofrecimiento de respaldo bélico en caso de conflicto .