El Ministro de Comercio Exterior ha anunciado que “tentativamente” se prevé iniciar negociaciones comerciales en noviembre próximo, es decir que no hay fecha para que los europeos se sienten a discutir un tratado comercial con el Ecuador. Teniendo en cuenta las experiencias de Colombia y Perú, que demoraron 5 años en finiquitar estos convenios, tendríamos que esperar hasta el año 2018, si se llega a un acuerdo satisfactorio para las partes.
Pero hasta aquí solo se ha hablado del cuándo y no del qué va a contener este eventual instrumento. Quizá esta demora puede ser aprovechada por el Ecuador para incluir, en la lista positiva de rebajas arancelarias de Europa, a los productos que se puedan identificar y que provengan de la nueva matriz productiva que el país se propone para reorientar un nuevo esquema de desarrollo, como por ejemplo los petroquímicos, a fin de que el tratado no se circunscriba solo a banano, café, cacao, camarones, flores y atún. Si bien es cierto que hay que defender las actuales condiciones comerciales para estos productos de exportación tradicional que dan trabajo a mucha gente, hay que pensar en el futuro dinámico de nuestra economía.
También es importante la lista negativa que debe presentar el Ecuador para precautelar de la competencia aquellos productos sensibles y vulnerables, como la leche, carne de pollo, embutidos de carne, alimentos procesados. Asimismo hay que cuidar la posibilidad hacer productos farmacéuticos genéricos, preferir a los nacionales en las compras estatales y en las normas de propiedad intelectual no ir más allá de lo pactado internacionalmente. En el caso de los lácteos no solo hay que evitar la competencia de la leche en polvo subsidiada en Europa, sino que para cuando se inicie la desgravación ecuatoriana, alcanzar una gran productividad que le permita competir, consiguiendo ayuda financiera de Europa para un programa de mejoramiento de nuestros productores de lácteos (como lo ha hecho Colombia que va recibir 39 millones de dólares).
Tentativamente podemos pensar que estas tratativas se llevarán a cabo en 2014 y se referirán a las listas de productos, positivas y negativas, a los plazos de desgravación, a las condiciones de origen de las mercaderías. Aquí no cabe introducir conceptos como la complementariedad, porque en comercio exterior se negocia todo lo que conviene, sea o no sea complementario. Pero será difícil lograr cambios importantes en las normas, que serán casi las mismas que aceptaron Colombia y Perú, en cuyo caso se nos propondrá que el Ecuador se adhiera a ellas.
Si se quiere introducir temas relativos a la migración humana, sería bueno plantear la eliminación de las visas para los ecuatorianos, así como los europeos entran libremente al Ecuador.