Hay dos verdades históricas y actuales que son indiscutibles. La primera es que por densidad poblacional, Guayaquil es la principal plaza electoral del país y la segunda que es la cuna política de líderes cuasi absolutos, que como ayer Velasco Ibarra, luego Guevara Moreno, Assad Bucaram, hasta el día de su muerte León Febres Cordero y cuya galería se incluye en vida Jaime Nebot. Probablemente la migración campesina a partir de la crisis del cacao ha sido imparable y el atractivo del puerto es insustituible en el imaginario colectivo del migrante interno. Por supuesto que ante una constante histórica de esta naturaleza, más que un partido o un movimiento siempre se han necesitado al ‘hombre’ que represente y defienda, que se encargue de lo público, mientras ‘yo trabajo’.
El caso de Nebot es particular y hasta cierto excepcional. El Gobierno le ha hecho de todo, pero su liderazgo sigue invariable, a tal punto que de su decisión por el sí, o por algunas preguntas -que es lo mismo- o por el no, puede producir una diferencia a favor de la postura del Gobierno o en su contra entre ocho a nueve puntos directos.
Por eso, en estas circunstancias el público del Coliseo mira hacia el sitio del emperador para observar la dirección del pulgar; es decir, por un no rotundo, por un si directo o por alguna fórmula que no esté en contra de los designios centrales. En estas condiciones su neutralidad –autopsiar las preguntas -equivaldría a declarar a Guayaquil, en este tema plebiscitario, ciudad abierta como algunos quisieron en Julio de 1941 ante la embestida peruana sobre las poblaciones de El Oro. Este acaso, no contra la aviación vecina sino frente al vendaval de piruetas que acosarán a la Ciudad de Octubre, si el Alcalde insiste en su extraña neutralidad.
Es verdad que el tema de la seguridad nació en Guayaquil que fue la que ofreció innumerables víctimas, mucho más cuando el Gobierno y la Municipalidad disputaron en beneficio de la delincuencia su ámbito de gestión; sin embargo, la pregunta es que tienen que ver estos episodios dolorosos con la administración de justicia por parte de una comisión tripartita que funcionará a las órdenes de Carondelet. Por ese motivo en la entrevista de Jaime Nebot en Ecuavisa, al día siguiente de los incidentes con el juez Luque; cuando empezó a desmenuzar las preguntas, dio la impresión de ubicar el debate en el ámbito jurídico de la seguridad cuando este se extinguió al aprobarse el cuestionario y dar luz verde para entrar a las Cortes de Justicia.
Es probable que el Alcalde alegue que si Hurtado y Borja tienen derecho a la comodidad de la jubilación, porque razón el tendría que sacrificarse por un Ecuador que en una mayoría quiere a Correa y no le disgusta que tenga el mismo el estilo de Franco, Castro o Chávez; eso sí, mientras no bombardeé como en Libia.