Munusal

La Universidad de Salamanca fue fundada hace casi ochocientos años; pero la longitud del tiempo no ilustra suficientemente la espléndida gama de vivencias que gracias a ella se han dado. Tan fuertes han sido estas, que los espíritus de quienes por ella han pasado parecen haber quedado prendidos del aura de la institución. De tal forma que es posible sentir la emoción cruzarnos el espinazo cuando vemos lo recorrido y percibimos su futuro.

Una de estas vivencias es el fruto de una fraternal colaboración entre latinoamericanos y europeos. Tras años de persistir infructuosamente en la participación de la Universidad en modelos de NN.UU., pude conseguir el visto bueno al aliar mis esfuerzos con dos geniales compañeros, Elkin Cetina y Sebastián del Hierro.

Tras la obtención de un premio en Harvard (gracias al invaluable apoyo de dos verdaderos mentores y amigos Gonzalo Fernández de Córdova y Juan Santos) y la creciente curiosidad de la comunidad universitaria, fue axiomática la creación de una asociación estudiantil que la impulse.

Munusal se convirtió en un magneto de personas extraordinarias. Solo así se puede explicar que un año más tarde se organice una conferencia internacional en Salamanca. Ramón González lideró titánicos esfuerzos que lograron superar el obstáculo de ser principiantes. Las siguientes conferencias fueron posibles gracias a la inusual combinación de persistencia, optimismo y liderazgo de Alberto Villacampa y Javier Sierra; así como la notable participación de dos ecuatorianos, que fueron nuestros primeros secretarios generales, Martín Pallares y José Villena.

El espíritu de la asociación es un coloso. Construido a partir de los logros obtenidos, a.e. ser una fundadora de Emunnet, la red europea de modelos de NN.UU.; de su capacidad de supervivencia, al superar el punto de muerte de asociaciones universitarias: la graduación de los fundadores; de sus ansias de innovación, es la única conferencia que simula la Cumbre Iberoamericana; del convencimiento de sus miembros de los beneficios individuales y colectivos; y sobre todo de memorias, como el legendario debate donde se aprobó la organización del primer modelo, que duró 7 horas, hasta las 03:00.

Ahora este legado pasará a las manos de una persona brillante, Fuensanta Casanova, quien sabrá llevar al grupo hacia nuevos horizontes y enriquecer su historia.

Munusal fue fundada hace poco más de tres años; pero la longitud del tiempo no ilustra suficientemente la espléndida gama de vivencias que gracias a ella se han dado. El cariño de todos quienes han pasado por ella parece haber quedado prendido al aura de la institución. De tal forma que es posible sentir la emoción recorrernos el espinazo cuando vemos su recorrido y percibimos su futuro.

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