Si los desastres naturales marcaron el curso del año pasado, los pronósticos para el naciente 2011 auguran noticias potentes en materia política y económica en todo el planeta. Mientras los países desarrollados seguirán con ritmos de crecimiento decepcionantes, el dinamismo del producto global recaerá en los motores de las economías emergentes: el dragón chino, que se ‘desaceleraría’ a un 8,9 %, y el tigre indio, para el que se pronostica un crecimiento del 8,6 %.
Esta ‘doble velocidad’ de la recuperación hará que se recrudezca la situación en la zona euro, así como generará presiones inflacionarias en el bloque emergente.