La Organización de Naciones Unidas (ONU ) ha puesto sus ojos en la Italia de Berlusconi y ha hecho bien.
Resulta que el magnate italiano, propietario de medios y que preside Italia con el voto popular desde su derechista organización Forza Italia, pretende su propia Ley Mordaza.
Así, los medios independientes de este pulpo mediático concordaron una jornada de silencio. Las radios callaron sus noticieros y lo mismo hicieron los espacios de televisión y la prensa escrita no circuló aquel día. Apenas las páginas electrónicas mantuvieron información pero sin la actualización constante que ofrece la tecnología. Ni la Stampa, ni el Correo della Sera, ni La Repubblica, ni los demás diarios (aun los deportivos en pleno Mundial) salieron a la calle y los periodistas y fotógrafos expresaron su rechazo a la pretensión oficial.
Silvio Berlusconi maneja sus canales de televisión y un periódico (el único que circuló aquel día de la protesta). Es un caudillo populista del siglo XXI que rememora ciertas prácticas comparables con las del fascismo que cundió en Italia pero echando mano de los nuevos instrumentos de la tecnología de los medios masivos que reemplazan en el ejercicio político postmoderno a la plaza pública. El control de la prensa, el manejo concentrado del Estado y una hábil propuesta mediática están entre los trucos bien aprendidos del magnate populista.
En estos días es una lectura recomendada (siempre es lectura recomendada), el libro del reconocido escritor y columnista Umberto Eco titulado ‘A paso de cangrejo’ (Editorial Debate2007).
“… tiene que hacer promesas que, aunque para sus seguidores sean buenas, malas o neutras, aparezcan a los ojos de los críticos como una provocación. Y tiene que hacer una provocación todos los días, y mucho mejor si es inconcebible o inaceptable. Eso le permite ocupar las primeras páginas de los periódicos, encabezar los informativos y estar siempre en el centro de atención.(…) Conseguir provocar todos los días una reacción indignada de la oposición (incluso de los medios que no pertenecen a la oposición pero que no pueden silenciar propuestas que entrañan tergiversaciones constitucionales) le permiten a Berlusconi mostrar que es víctima de una persecución”.
Ahora buscan silenciar a la prensa para tapar los escándalos de los juegos amorosos del Presidente. En todos los casos, una prensa que revele lo que el poder quiere ocultar es más sano para la vigencia plena de una democracia libre.
Ojalá que la ONU, tan solícita en el caso de Italia vuelva sus ojos a Ecuador y a otros países de nuestra región donde con leyes punitivas y controladoras se busca que los medios muestren solo la cara amable del poder. Solamente el rostro de la propaganda oficial, y sus cadenas, y sus sonsonetes, desterrando la crítica y sometiendo a la gente a una sola voz.