Análisis económico
La principal preocupación de la población es la economía y los candidatos a la presidencia afinan sus discursos en esa dirección. De cara a las elecciones del 2017, las cuatro candidaturas más fuertes definidas hasta la fecha pondrán en escena básicamente dos modelos.
El primero es el vigente, con una activa participación estatal que demanda de ingentes recursos para funcionar, básicamente impuestos, aunque ha ganado protagonismo el endeudamiento público, a tasas altas y plazos cortos. La apertura comercial es limitada bajo el modelo actual, pues las autoridades creen que la dolarización se mantendrá si se controla la salida de dólares con impuestos o barreras a las importaciones.
La lucha contra la pobreza y la inequidad se hace desde el Estado, con mayor gasto en salud o educación. La participación de la empresa privada está regulada en función de los lineamientos del Gobierno, que cree necesario utilizar toda la liquidez disponible. El modelo privilegia la explotación de recursos naturales y usarlos para el cambio de la matriz productiva.
Como alternativa al modelo vigente, las otras tres candidaturas buscan una mayor participación de la empresa privada para impulsar el crecimiento, el empleo y lograr el cambio de matriz productiva. Eso implica liberar el mercado, abrir el comercio exterior y bajar los impuestos para que llegue más inversión y aumente el consumo.
La estabilidad de las normas es clave para generar confianza en los inversionistas, así como la firma de acuerdos comerciales que impulsen las exportaciones y sostengan la dolarización. El gasto público debe tener reglas estrictas para hacer sostenible el manejo fiscal. Se debe generar fondos de ahorro para épocas de crisis.
La participación del Estado debe concentrarse en los sectores más vulnerables como salud, educación y seguridad. La deuda pública debe ser transparentada y reestructurada, para lo cual se necesita acudir al FMI, a organismos multilaterales y al mercado de capitales.