Mirador

Hoy, EL COMERCIO y otros diarios deben traer la noticia que el lunes se firmó el contrato entre el Gobierno ecuatoriano y la minera Ecuacorriente para el desarrollo y explotación de la mina Mirador, en Zamora. A fines de la semana pasada se anunció la firma del contrato para el lunes 5.

Mirador es una mina esencialmente de cobre, de tamaño mundial. Ecuacorriente cavará el yacimiento, de tajo abierto, sacará y procesará el cobre y metales asociados que se compactarán en barras que llevan de nombre doré.

El doré se transportará a Puerto Bolívar, donde se construirá una terminal para la exportación de minerales. Se enviará a una refinería para su purificación.

La exportación se iniciará en 2015. La información oficial que se difundió el viernes, que empezaría en 2013, es muy optimista.

Detrás de Mirador viene otra mina a cargo de Ecuacorriente, aún más grande, Panantza-San Carlos, que el Presidente ha calificado como la segunda más grande del mundo. Ese contrato también se firmará en 2012.

Ecuacorriente es propiedad de un consorcio estatal chino, compuesta por Tongling, la principal empresa china para metales no ferrosos, y la empresa de construcción de ferrovías.

La explotación de estas y otras minas en Zamora y Morona van a traer un profundo cambio en las comunidades del sector, apartadas de los principales centros económicos del país. El desafío de las autoridades y la sociedad como un todo es hacer todo lo posible para que el impacto neto del cambio sea positivo. El dinero no será un problema. Bajo la Ley de Minería, las comunidades participan del 15% que antes iba íntegro a los trabajadores. Las empresas tendrán programas de asistencia a la población. El Gobierno ha de invertir parte de sus ingresos mineros en la región. El problema es otro. ¿Tendrán las juntas parroquiales la capacidad administrativa para manejar de la mejor manera los recursos a su disposición? ¿Podrán establecer la relación con las autoridades del Gobierno central para que sus necesidades se incluyan en programas sociales y económicos? Habrá un muy fuerte influjo de emigrantes, tanto profesionales y trabajadores especializados de las empresas contratadas en el desarrollo minero, como de personas en búsqueda de oportunidades, entre ellos aventureros y delincuentes, trayendo a la zona problemas que probablemente no existen hoy. El apoyo estatal y la sociedad civil debe estar dirigido a contener impactos negativos y dar apoyo a los positivos: mejor infraestructura social y económica, oportunidades de trabajo en la mina, la apertura por parte de los locales de negocios de servicios a empresas y ciudadanos que vendrán de afuera.

Que la minería sea la oportunidad dorada de salir de la pobreza, y no la causante de la descomposición social.

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