Durante décadas hemos venido utilizando las diferente miniterminales de transporte interprovincial, con un servicio ágil y eficiente, a más de la comodidad y facilidades que prestaban, por estar en lugares céntricos, en los que se podía tomar el autobús, y dirigirse a sus destinos.
¿Pero qué sucede ahora? Pues, existen dos terminales, una en Carcelén y otra en Quitumbe, las mismas que no prestan las debidas comodidades, por encontrarse demasiado alejadas de la mayoría de usuarios, que viajamos constantemente.
Se nos dificulta al llegar y salir y tomar un taxi, cuyo costo es mayor que el viaje, y aún más con el consiguiente peligro de ser asaltados cuando llegamos o salimos muy tarde a las terminales, porque ya no hay taxis.
Por lo expuesto, ruego a las autoridades hacer un estudio minucioso y tomar una resolución que satisfaga a todos los usuarios.