Mínimos requisitos

Me llegó este mail: “Señor Milton Luna, me llamo Juan N., soy un jubilado, estoy rayando los 85. He pedido ayuda a mi nieto para enviarle esta carta a través de Internet. Sé que a mi edad casi no nos hacen caso, sin embargo me atrevo a escribirle unas pocas ideas que quizá pueda utilizar en su columna”.

“Hoy está de moda la meritocracia. Se evalúa a los bachilleres para ingresar a las universidades, a los choferes para continuar con su labor, a los candidatos a jueces, fiscal general, contralor ... A todo mundo se evalúa. Se supone que por sus méritos la gente accede a los estudios, puestos, grandes o pequeños”.

“Señor Luna…, el más importante cargo del país se elegirá el próximo febrero del 2013. Elegiremos al presidente de la República. Siguiendo la lógica de este Gobierno, ¿No será que antes de elegirlo debemos pedir que los aspirantes cumplan un mínimo de requisitos que demanda tan importante función? Si no cumplen con esos mínimos, más allá de tener la edad adecuada y de ser ecuatorianos, no podrían ser calificados por el Consejo Electoral para intervenir como candidatos en la campaña electoral. Con esta primera depuración al menos se garantizaría que compitan por la presidencia un grupo humano del más alto valor cívico y moral”.

“¿Cuáles serían esos mínimos? Me atrevo a formular algunos, ya que pueden haber más: una probada honestidad de él y de su familia, conocimiento de la realidad nacional e internacional, experiencia política, visión estratégica, disposición de colaboradores solventes, pertenecer a un movimiento o partido, apertura al diálogo, a la crítica y autocrítica; capacidad de trabajar en equipo, sensibilidad para escuchar, tolerancia, conocimiento y práctica de los derechos humanos; sentido común, sencillez, no tener relación con poderosos grupos económicos, tener un plan de gobierno, predisposición al cambio, compromiso con la justicia social; amar la paz, respetar a los semejantes y a la naturaleza”.

“Poseer o no título de Phd es intrascendente. A Brasil le fue muy bien con un obrero de presidente (Lula). A nosotros, hasta ahora, nos ha ido pésimo con los tecnócratas graduados fuera (Mahuad). Obviamente, el problema no son las universidades, sino lo que las personas llevan dentro, más allá del rimbombante título. Tampoco nos ha ido bien con demagogos y cantantes (Velasco, Bucaram). O con representantes directos de las oligarquías (Febres). Por esto para liderarnos hay que buscar una mujer o un hombre bueno, serio, quizá sabio (tipo Mujica), con grandes sentimientos e ideas”. Hasta allí el mail.

Señor Juan N., es desafiante su propuesta. La paso a la comunidad, a las organizaciones sociales y políticas para debatirla. Esperemos que la lea el señor Domingo Paredes, presidente del Consejo Electoral y ver si hace algo al respecto.

Suplementos digitales