Vigencia del Acuerdo de París

A partir del 4 de noviembre entró en vigor el Acuerdo de París, instrumento relevante en materia de cambio climático, aprobado el 12 de diciembre de 2015 por 195 Estados y que reemplaza al Protocolo de Kioto. Este hecho significativo fue destacado por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, con las siguientes palabras: “Lo que una vez parecía inconcebible, ahora es imparable. El fuerte apoyo internacional hacia el Acuerdo de París para que entre en vigor demuestra la urgencia de tomar acciones. Además, refleja el consenso de los gobiernos que refuerzan la cooperación global, asentada en las acciones nacionales y necesarias para enfrentar el cambio climático”. Es que se trata de un fenómeno natural que suscita una creciente preocupación planetaria y figura de modo prioritario en la agenda internacional contemporánea, por sus efectos dañinos en expansión continua.

La degradación ambiental y los asuntos conexos vienen de tiempo atrás, pero hay que reconocer que la comunidad internacional realmente tomó conciencia de la gravedad y dimensión de estos problemas desde la década de los setenta, cuando se convocó a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Humano, en Estocolmo en 1972. Fue el primer intento universal orientado a instaurar un orden ecológicamente racional del medio ambiente ante los síntomas evidentes de su deterioro paulatino. La Declaración de Estocolmo proclamó los principios fundamentales, a la par que promovió un diálogo diplomático entre los países industriales y los países en vías de desarrollo sobre los vínculos entre el crecimiento económico, la contaminación de los bienes de la humanidad y el bienestar de los pueblos. La Conferencia de Estocolmo fue el punto de partida de un sistema de reuniones cíclicas sobre esta temática, bajo el patrocinio de las Naciones Unidas. Una de las conferencias más significativas en ese contexto, fue la Cumbre de la Tierra, en Brasil en 1992.

La más reciente de estas reuniones fue la Conferencia de las Partes en la Convención Marco sobre Cambio Climático de París en diciembre de 2015, en la cual se insistió en acelerar la reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, ya que el cambio climático es un problema común de la humanidad. En el Protocolo de Kioto (1997) solo los países desarrollados tenían la obligación de practicar reducciones de gases de efecto invernadero, pero con el Acuerdo de París todos los Estados suscriptores deben presentar planes de mitigación d y apoyar el desarrollo sostenible. Esos planes son voluntarios y empezarán a aplicarse desde 2020, con metas específicas hasta 2025. A partir de 2020 debe crearse un fondo de al menos USD 100 000 millones, financiado principalmente con recursos de los países desarrollados, para auxiliar a los países más vulnerables, en un gesto de palmaria cooperación internacional.

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