¿Está bien? ¿Está mal? La cuestión es de muy graves consecuencias, pero -al parecer- la autorización para consumir cierta cantidad de marihuana, pasta base de cocaína o clorhidrato, podría traer consecuencias peores de las que ya existen, para muchos jóvenes de nuestro país que quieran usar estupefacientes.
Tenemos la idea de que consumir marihuana es parecido a fumar cigarrillos; pero si escuchamos el conocimiento y experiencia de quien fue Comandante General de la Policía Nacional; y, también, tuvo a su cargo el control del problema sobre estupefacientes como Jefe de la Oficina Central Nacional de Interpol, Gral. (sp) Dr. Homero López Espinosa, la cuestión no es tan sencilla. Es autor de dos tomos sobre drogas. Apoyándose en el conocimiento directo y en estudios de especialistas de Estados Unidos, Francia y México, escribe: “Para concluir este análisis del uso abusivo de la marihuana, anotaremos que otro grave peligro es el de constituir el paso inicial en la trágica carrera de la farmacodependencia, ya que según las encuestas realizadas por institutos especializados, los consumidores abusivos muestran tendencia a experimentar y consumir drogas más fuertes, anfetaminas, barbitúricos, opio y heroína”.
He visto morir amigos queridos a consecuencia del prolongado uso de cigarrillos. En las placas radiográficas, los pulmones aparecen como dos piezas de carbón. Los alveolos se cierran con la nicotina; en el último tiempo de su vida necesitan oxígeno casi permanente y llega un día en que, por no poder respirar, fallecen inclusive con estertores.
No es muy diferente la muerte de los alcohólicos, con su hígado destrozado.
Hoy, cuando en las escuelas y colegios empiezan a vender droga, hay que temer resultados penosos y catastróficos.
Los dependientes comienzan por aislarse. Engañan a los padres respecto al destino del dinero que les dan: lo invierten en droga. Cambian su ropa buena por droga. Hurtan objetos valiosos de la casa, para ese fin. Dejan de asistir a los estudios o al trabajo y los distribuidores les dan una parte gratuita para que la vendan y financien las siguientes compras. La familia se da cuenta porque se tornan agresivos y comienzan ausencias prolongadas del hogar, en ocasiones por varios días. Cuando los encuentran, están deteriorados física y mentalmente; y al ingresarlos a un Centro de Rehabilitación de alto costo mensual consiguen una mejoría notable, cuyo elemento básico es el convencimiento de que hay un Dios que los salvará de su enfermedad, aunque ellos no aceptan estar enfermos .
¿Futuro para ellos? Muy limitado. Algunos no tendrán éxito y serán una dura carga. La familia cercana sufre tan profundamente que algunos de sus miembros también necesitan auxilio psicológico, pues viven pendientes de que el drogadicto recaiga… y la rueda trágica continúe…