Nos quieren convencer que estamos bien. Y para eso hacen unas comparaciones equivocadas, tanto en la producción como en el empleo. Porque estamos bastante más mal de lo que quieren hacernos creer.
Pero con la vieja estrategia de las verdades a medias, si no se analiza cada detalle de lo afirmado, las falacias no son evidentes. Justamente por eso hay que armarse de paciencia y “deconstruir” lo afirmado.
Veamos la producción. Dice el gobierno que estamos mejorando porque en el tercer trimestre del 2016 produjimos más que en el segundo trimestre de ese año, según datos del Banco Central. Esa es una típica verdad a medias, porque, si bien la producción aumentó, eso no significa que estemos mejorando.
Desmenucemos la afirmación oficial: se dice que el PIB de julio, agosto y septiembre fue 0,45% más alto que el PIB de abril, mayo y junio. Esa es la mitad verdadera de la afirmación. Lo que se calla es que entre abril y junio hay 91 días y entre julio y septiembre hay 92 días o sea, que el tercer trimestre dura 1 día más (o 1,1%) más que el segundo trimestre.
En otras palabras, es normal que en el tercer trimestre se produzca más que en el segundo, porque simplemente hay más días para producir. En teoría, si las plantas crecen a la misma velocidad todos los días, las vacas mantienen su producción diaria de leche y las fábricas no alteran su ritmo de producción, se debería producir 1,1% más.
Pero el aumento de producción fue de únicamente 0,45%. O sea, hubo un crecimiento, pero fue menos de lo que debería ser. Si se quiere entrar en más detalle, la producción ajustada por número de días fue menor en el tercer trimestre que en el segundo trimestre (cayó en 0,64%).
Pero nos lo venden como un aumento. Y si no se hacen todos estos tediosos cálculos, hasta se podría creer que es verdad. Es más, la comparación realmente adecuada es entre lo producido en julio, agosto y septiembre de 2016 con lo producido en los mismos meses del 2015 y ahí hay una caída de 1,6%. En resumen, haciendo los cálculos correctos, estamos peor, pero nos quieren convencer de lo contrario.
Algo parecido pasa con los datos de empleo que el INEC publicó la semana pasada. Es evidente que el desempleo es bajo (5%), pero nadie en sus cabales va a juzgar la situación del mercado laboral por esa cifra, porque todos sabemos que en el Ecuador el problema no es el desempleo sino el empleo informal, el “no adecuado”, que a diciembre estaba en 54% de la población, un valor vergonzosamente alto.
Pero nos presentan y refriegan el dato de desempleo, diciendo una verdad, pero callando los datos verdaderamente importantes, desde que entramos en crisis se han destruido más de 300.000 empleos adecuados y que las perspectivas para los jóvenes que están entrando al mercado laboral son tenebrosas. No, no estamos bien.
@VicenteAlbonorz