Si los rumores de referendo y asamblea constitucional se concretan, es probable que el peso de las organizaciones políticas cambie y, por lo mismo, la composición del legislativo. El voto para el referendo o para escoger asambleístas modificaría el peso de Alianza País en el legislativo.
Consideremos dos situaciones decisivas para ello. La primera es el contexto actual de modificación de la imagen de AP, sin la propaganda imponente que tuvo salen a la luz verdades escondidas y hechos que desdicen de sus políticas.
Probablemente, una de las consecuencias inmediatas será que disminuyan los votos favorables de AP. Las elecciones anteriores mostraron precisamente un alto porcentaje de sus simpatizantes que, hasta último momento, estaba dudoso de votar por Moreno y no lo hizo sino por falta de alternativa. Ahora, la situación hace difícil seguir apoyando por su defensa de actos reñidos con la ley, abusos de poder, mentiras en sus políticas. ¿A dónde irán esos votos? Eso dependerá de las circunstancias, pero será muy difícil que AP vuelva a tener la mayoría actual.
Podría ser que Moreno, legítimamente reclame una lista propia, con candidatos favorables a su gobierno, él requiere un grupo de apoyo parlamentario. Suponemos que esa lista tendía un gran apoyo, vista la popularidad y la legitimidad presidencial. Eso implicaría una distancia o división con la cúpula tradicional caudillista de AP, funcional a Correa y su intención de regreso al poder.
Legisladores de AP, en particular en la Sierra, se encontraría en una situación endeble para ser electos y opten por una lista desligada de la cúpula conservadora de AP. Moreno tendría la oportunidad de redefinir alianzas. Vale recordar que ya hubo un descenso de la aceptación de AP, en la Sierra y mantiene su fuerza con el apoyo populista en la Costa. Es posible que esto continúe. En la Sierra donde hubo al inicio apoyo a AP, y al final de rechazo a muchas de sus actuaciones, esto lleve a que se vuelva más endeble el voto serrano de AP.
Así, el rechazo actual y volver visible lo que en realidad hizo AP no le favorece, cuanto más que la cúpula persiste en rechazar las reformas constitucionales del gobierno anterior, sobre todo la reelección indefinida que no apoya la mayoría de la población.
El segundo aspecto pertinente para los cambios políticos, es el clientelismo político, eso de recibir apoyo político gracias a prebendas, servicios o dádivas del Estado. Para ello hay que disponer de los medios, dinero o poder. Cuando no se está en el gobierno, se pierde esa capacidad. Ahora, con el rechazo de la cúpula correísta a Moreno está claro que este es el Presidente, también con políticas clientelares. La cúpula de AP a pesar de controlar puestos decisivos en el gobierno puede ser la perdedora en estas circunstancias.
Dudosos los zapatos de AP.