Jeanneth Orbe ni se imagina que mediante una carta pública pudiera ser que toque el corazón del Presidente de la República y lo convierta en un hombre magnánimo, algo que muy pocos seres humanos logran concretar en su vida.
“Estoy segura de la inocencia de mi esposo y de que el Presidente tiene un buen corazón y me va a ayudar”. Así se expresó en una carta pública, cordial, llena de sentimiento, la esposa del coronel César Carrión, el ex director del Hospital de la Policía preso por un supuesto intento de magnicidio.
La familia de Carrión pasó la peor Navidad de su vida, el jefe del hogar estaba preso, no hubo clemencia, su espíritu cristiano no alcanzó a comprender hasta donde llegan los odios que genera la asquerosa política. Como suele ocurrir, no hubo ningún milagro, ni en la Noche Buena ni en la Navidad.
Pese a toda la tristeza y angustia que sienten doña Jeanneth y sus hijos, la carta es respetuosa, similar a la que hace unos meses hizo pública el señor Vicente Sarmiento Alvear al denunciar la muerte de su hijo durante un secuestro con escopolamina.
La campaña de Sarmiento dio resultados. En enero habrá una marcha multitudinaria que congregará a miles de ciudadanos víctimas de la violencia delincuencial; el Presidente anunció que el próximo año se ocupará personalmente del tema de la inseguridad.
La esposa de Carrión acude a la cárcel todos los miércoles, sábados y domingos, días de visita. Sus hijos van a la escuela con temor, les falta su padre, el hogar no está completo, hay un vacío profundo, un clamoroso pedido a Dios para que ablande los corazones de quienes tienen el poder.
La oportunidad que da la señora Jeanneth Orbe de Carrión a la máxima autoridad política del Ecuador es extraordinaria. Es en estos momentos donde se pone a prueba la magnanimidad de las personas, un adjetivo que se aplica a quienes tienen poder y que contiene dos significados: grandeza y elevación de ánimo.
Si a eso le sumamos el hecho de que públicamente el Mandatario se ha declarado un cristiano confeso, no cabe duda que será magnánimo en esta época de tanta espiritualidad para aliviar los dolores de la familia Carrión.
De forma respetuosa, la mujer pide que el Presidente rectifique su acusación para enmendar el daño que está causando a su familia. Doña Jeanneth se dice segura de que el presidente la va a ayudar. Qué buen momento para probar la magnanimidad de la máxima autoridad del país.
“Señor Presidente, si mi esposo decidió dar una entrevista a CNN no fue porque él le quiso hacer quedar mal a usted. Solamente contó lo que vio, no habló de secuestro, tampoco de golpe de Estado”, señala uno de los párrafos de la carta de Orbe. Ahí le pide revisar los videos en poder de la Fiscalía para probar que hay una sola verdad.