Los tiempos del Fiscal

Desde que llegó al cargo, en mayo pasado, el fiscal Carlos Baca ha manejado con extrema reserva, y sin la celeridad que la colectividad demanda, las investigaciones en torno a los sobornos de Odebrecht y la corrupción
en Petroecuador.

Para recabar información, Baca realizó dos viajesa Brasil. Luego de su primer desplazamiento dijo que algunos investigados por Odebrecht tenían fuero de Corte Nacional, es decir son o fueron altas autoridades del Estado, y que por ese motivo retornaría a ese país para continuar la recepción de versiones y la recolección de evidencias. Eso se concretó la primera semana de junio.

Hasta el momento, en este caso hay once procesados detenidos (tres en su domicilio), incluido Ricardo Rivera, tío del vicepresidente Jorge Glas. Estas vinculaciones se lograron por una investigación iniciada en diciembre por el exfiscal Galo Chiriboga.

En la práctica, Baca todavía no muestra resultados de sus acciones con las delaciones obtenidas en Brasil. Eso contrasta con otros países donde hay decenas de detenidos, incluidos varios expresidentes.

Otro factor que llama la atención es el sigilo. Tanto el contenido del acuerdo que la Fiscalía firmó con Odebrecht como la información de las autoridades brasileñas son secretos. Y así se mantendrán para garantizar, según Baca, el éxito de las investigaciones.

En Petroecuador, la Fiscalía abrió siete instrucciones, pero mantiene en indagación previa 16, que tienen informes con indicios de responsabilidad penal de la Contraloría, la mayoría por enriquecimiento ilícito y peculado de exfuncionarios. Pese a que en esos informes, enviados desde el año pasado, hay evidencias contundentes, la Fiscalía aún no formaliza ninguna acusación.

Los dos casos han provocado un remezón a todo nivel y demandan una respuesta eficaz y ágil. Solamente el fiscal Baca podrá despejar con sus actuaciones los cuestionamientos por su supuesta parcialización con el anterior Gobierno, del cual formó parte.

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