Son dos personas gracias a las cuales hay segunda vuelta. Porque son ellos los que impidieron que Moreno, teniendo más del 40% en la primera vuelta, también tenga una diferencia de más de 10 puntos con Lasso. Y se puede demostrar, (estadísticamente y bajo algunos supuestos), que tanto Paco Moncayo como Iván Espinel fueron claves para que se dé una segunda vuelta. Sin ellos, muy posiblemente, ya tendríamos un presidente electo.
En resumen, Moncayo y Espinel, si bien le quitaron muchos votos a Lasso, también le quitaron algunos votos a Moreno. Sin Moncayo o Espinel, Moreno hubiera superado el 40%, sin que Lasso pueda reducir su distancia a menos de 10 puntos. Mientras tanto, dado que Viteri y Bucaram le quitaron muchísimo votos a Lasso y poquísimos a Moreno, si alguno de ellos no hubiera terciado en la primera vuelta, la distancia hubiera sido menos de 10 puntos.
La forma de sustentar “estadísticamente” lo afirmado es juntar los votos de la primera vuelta y los resultados de la última encuesta de Cedatos. En ella, la firma encuestadora no sólo preguntó por quien se pensaba votar en la segunda vuelta, sino también por quién se había votado en la primera.
De esa manera, se puede ver la intención de voto para la segunda vuelta de quienes, por ejemplo, ya votaron por Paco Moncayo.
Según Cedatos, el 44% de esos votantes de Moncayo planean votar por Lasso, el 23% por Moreno y el 33% estaría pensando en anular o votar en blanco.
Con eso se puede hacer el siguiente supuesto: si Moncayo no hubiera sido candidato en la primera vuelta, muy probablemente el 44% de sus votos hubieran ido (en la misma primera vuelta) a Lasso, el 23% a Moreno, etc.
Ese es, evidentemente un supuesto fuerte, pero no es descabellado. Y los resultados son interesantes porque se lo puede aplicar a los seis candidatos que no clasificaron a la segunda vuelta.
Así, resulta que, si Moncayo no hubiera sido candidato, Moreno hubiera tenido 41.8% y Lasso 31,7%, o sea, con las justas, más de los 10 puntos de diferencia y ya tendríamos presidente electo.
De los votantes de Espinel, Cedatos predice que 44% hubieran ido a Lasso, 34 a Moreno y 22% a nulos y blancos. De no haber sido candidato en la primera vuelta y con los mismos supuestos anteriores, Moreno hubiera tenido 40,7%, Lasso 29,7% y tampoco sería necesaria una segunda vuelta.
Haciendo los mismos cálculos para Cynthia y para Dalo se llega a que si no hubieran sido candidatos, igual habría habido una segunda vuelta porque la distancia entre los dos finalistas hubiera sido mucho menos que los 10 puntos que define la absurda norma constitucional. En resumen, Paco e Iván le chimbaron a Lenín el triunfo en la primera vuelta y nos dieron más tiempo a los ecuatorianos para escoger mejor quién será el próximo presidente. Y eso esbueno.