La violencia verbal, el insulto y la descalificación de la oposición conducen a una discusión sin argumentos. Esta, en lugar de poner en práctica el uso de las libertades ciudadanas en un clima de igualdad, como debe ser en una democracia, deriva en la inestabilidad política, escala la tensión e induce a la autoridad a un uso cada vez mayor de la fuerza, para lo cual le resulta indispensable la discrecionalidad del empleo de las FF.AA. sin necesidad de un estado de excepción, para que cumpla tareas policiales de orden público.
Este fenómeno político reduce la cohesión social nacional y resta confiabilidad al liderazgo internacional.
Consciente de esta realidad, en el discurso oficial del Ecuador en la Unasur, se dijo que “los retos que tenemos frente a nosotros requieren que superemos las diferencias ideológicas y políticas” (EL COMERCIO, 4 diciembre, 2014).
Esta visión positiva sobre la gobernanza regional motiva la preeminencia y garantía de la cooperación antes que el conflicto, en un mundo de bloques, en el cual se dice hay “fuerzas intra y extrarregionales que no quieren la integración” y hay “falta de consensos para adoptar varias iniciativas de la integración, económica y financiera”.
Estos razonamientos, según Tuathail, forman parte de la geopolítica práctica; es decir, élites políticas que describen la política exterior de los países, definen el problema, buscan la renovación y proponen estrategias resolutivas, mediante la apreciación de los valores e intereses nacionales y regionales, que justifican sus respuestas.
Basados en los principios de la ONU, de responsabilidad compartida; para la próxima Cumbre con la Unión Europea, Celac-UE, en su Plan de Acción se estableció el fortalecimiento de la cooperación en la seguridad regional, combate al tráfico de drogas ilícitas, armas, precursores, lavado de dinero, en paralelo a programas de desarrollo social, alternativo, sustentable, de salud, educación, reforzamiento de la legislación y la justicia.
Si es el propósito de acercar la Celac a otros bloques del mundo, qué oportuno resulta comenzar por el propio hemisferio, aprovechándose de los consensos existentes sobre el problema del narcotráfico en su dimensión regional, obtenidos del informe de la OEA, en cumplimiento del mandato de la VI Cumbre de las Américas, dando una respuesta global a una amenaza que afecta a los países de la región y de Europa; ya que el Ecuador por la vecindad y posición geográfica, se está convirtiendo en el nodo geopolítico del circuito del narcotráfico mundial.
Con la UE se creó la Copolad, para la cooperación en política antidroga, la cual exige actuar y no más inventar.
Hay necesidad de convergencia, congruencia y continuidad de proyectos regionales para enfrentar amenazas comunes, simplificando procesos, acuerdos y convenios que aseguren la efectividad de su implementación.