Leyes ‘Duzac’

Algunas disposiciones de dos leyes que promueve en estos días la revolución ciudadana, parecerían haber sido concebidas con Gastón Duzac en mente.

Como muchos sabrán a estas alturas, Gastón Duzac es un ciudadano argentino que ha alcanzado notoriedad en Ecuador, al haber obtenido de manera irregular un crédito por USD ochocientos mil de parte del banco estatal Cofiec, que se encuentra en mora desde hace casi 6 meses. No está claro si las autoridades están investigando a los responsables de lo que luce como un caso de tráfico de influencias para obtener recursos de una institución estatal, o a las personas que se atrevieron a sacar el asunto a la luz pública.

Mientras esto ocurre, una reforma a la Ley de Burós de Información Crediticia, que saldrá próximamente de la Asamblea, parecería llegar al rescate de deudores como el argentino de marras.

La reforma prohibirá al público el acceso a todo récord crediticio personal que tenga más de tres años de antigüedad, por lo que si Duzac llegara a pagar la obligación que hoy tiene pendiente, sólo tendrá que dejar pasar tres años para contar con un récord crediticio inmaculado y eventualmente acceder a un nuevo crédito en Ecuador. Pero quizá ni siquiera deba esperar tanto. La reforma también monopoliza la información crediticia en una nueva entidad gubernamental denominada Dirección Nacional de Registro de Datos Públicos, lo cual probablemente facilitará a deudores que cuenten con las conexiones políticas adecuadas, manipular su información personal, tal como ha sido tradición en otras instituciones públicas ecuatorianas.

La reforma también beneficia a los deudores morosos por más de seis meses, quienes podrán abonar al pago del capital de una obligación vencida antes que a sus intereses, en un curioso esquema de amortización crediticia que, sin duda, ahorrará una significativa cantidad de efectivo a deudores como Duzac.

Finalmente, la semana pasada arribó a la Asamblea Nacional una décima reforma tributaria que luce como una confiscación velada del patrimonio de los accionistas bancarios y como un nuevo paso en un esfuerzo gubernamental de largo aliento por “nacionalizar” la banca privada, tal como lo anunció el Presidente la República hace unas semanas.

Una banca “nacionalizada” sería el equivalente financiero a un paraíso terrenal para deudores como Duzac. Los nuevos bancos estatales probablemente estarán prestos a facilitar crédito, a discreción, para cualquier proyecto -por descabellado que este sea-, si cuenta con el respaldo político y los auspiciantes adecuados.

En los considerandos de los dos proyectos de ley aquí discutidos, sus promotores hacen sendas argumentaciones sobre lo importantes que son para lograr avanzar los derechos fundamentales de los ciudadanos. Probablemente se refieren a ciudadanos como Duzac.

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