Ley bozal

Es sorprendente la insistencia y agresividad del Presidente en su afán de lograr apoyo popular y aprobación de la Asamblea al proyecto de Ley de Comunicación. No le ha importado las críticas recibidas, dentro o fuera del país, a la perniciosa campaña contra los medios realizada durante el Mundial, hace pocos días expresó que lo que se necesita es una ley bozal, implicando que los periodistas en Ecuador son como perros bravos que atacan en sus crónicas y comentarios.

La campaña presidencial contra los medios ha llamado la atención de organizaciones internacionales, la Sociedad Interamericana de Prensa ha observado que el proyecto de ley respaldado por el Ejecutivo socava el derecho a la libre información. Según Milton Coleman, del Washington Post, este tipo de campañas buscan restar credibilidad a denuncias e investigaciones sobre corrupción en la administración pública y a opiniones contrarias.

Ese parece ser el caso ecuatoriano, de otra manera no podemos entender que se le dé tanta importancia a una ley que pretende ponerle “bozal” a los periodistas, cuando existen problemas graves de desempleo e inseguridad que afectan el bienestar del pueblo, sin que el Ejecutivo o los legisladores del partido de Gobierno, propongan leyes para aumentar la inversión y las fuentes de trabajo, o disminuir la delincuencia.

El Presidente debería controlar lo que dice, pues el lenguaje agresivo que usa afecta la mente de jóvenes y personas inmaduras que creen que esa es forma normal de expresarse. El daño que eso hace al convivir es evidente, hay más ofuscación en el trato entre ecuatorianos, no sería raro que la forma despótica y prepotente con la que el Presidente se presenta casi regularmente sea una de las causas del aumento de la violencia.

No se puede tergiversar la realidad, el Mandatario manifiesta que impulsa esa ley para acabar con el monopolio de los medios, ¿de cuál monopolio esta hablando?, si en Ecuador existen cientos de radios, decenas de medios impresos y varios canales de televisión con distintos empresarios. Si alguna entidad tiene algo que se acerca a un monopolio, es el propio Gobierno, el cual luego de la incautación de muchos medios, domina el mercado, al menos en cantidad, aunque estos no sean los preferidos del público.

Dada las condiciones de colegislador del Mandatario y sus declaradas intenciones en contra de la libertad de expresión, los asambleístas deben archivar el malhadado proyecto y dedicarse a legislar en beneficio de los ciudadanos, elaborando y aprobando leyes que promuevan el empleo, y fortalezcan los sistemas fiscal, judicial y penitenciario para disminuir la delincuencia.

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