Cuarenta años después de la muerte violenta de Orlando Letelier la CIA hace públicos los documentos sobre su asesinato.
El 11 de septiembre de 1973 las Fuerzas Armadas de Chile derrocaron en un golpe de Estado a Salvador Allende, presidente socialista elegido por el pueblo y muerto en el palacio de La Moneda.
Llegó la dictadura de Augusto Pinochet. Sangrienta y represiva como las que dominaban entonces el Cono Sur, quería borrar del mapa todo resquicio de izquierda comunista y a los progresistas que salieran al paso. La dictadura, con rasgos fascistas,dominó por años todo el espectro.
Los exiliados y la solidaridad internacional denunciaron desde el primer momento la conspiración y la mano tenebrosa de la CIA y sus secuaces en el golpe.
Chile apenas salió de la bota militar años después y luego de la recuperación económica que Pinochet promovió contra lo que fue un proyecto fallido de socialismo que evidentemente fracasó por su propia inoperancia y la conspiración puesta en marcha.
Chile aprendió la triste lección y los cuatro primeros gobiernos de la Concertación el siguiente Gobierno derechista y el retorno de la socialista Bachelet saben lo alto del precio de la sangre fraterna y el dolor.
Orlando Letelier , que había sido canciller de Allende fue asesinado en Washington donde estaba asilado.
El Secretario de Estado norteamericano John Kerry entregó hace un año a la presienta chilena la documentación que prueba el asesinato perpetrado.
Hoy quienes viven de la evocación trasnochada de una izquierda que no pudo ser, pretenden articular una teoría del retorno del Plan Cóndor, una experiencia brutal de concupiscencia entre Estados Unidos y los gobiernos militares títeres que dejó duras lecciones y muerte y no debe repetirse. Es obvio, una teoría traída de los pelos. Hoy algunos revolucionarios del siglo XXI se hunden por su propia incompetencia.