Entra el profesor a una clase de segundo año de una Facultad de Ciencias Sociales y pregunta a sus estudiantes universitarios: “¿Qué conocen del problema de los alumnos del Central Técnico?” De 20 estudiantes, 16 no sabían nada, dos conocían por referencias de algún noticiero y dos habían leído algo en la prensa.
Un director de una unidad educativa privada de clase media alta se lamenta: “La mayoría de docentes no sabe lo que pasa en la realidad… no leen los periódicos… menos una novela… su referente de libro son los textos escolares, en el mejor de los casos”.
Una revista seria de opinión política en su sección que dedicada a los personajes de farándula pregunta a una estrella de TV: ¿”Que ha leído últimamente?”. La estrella responde: “Condorito… Ja… Ja… no… era un chiste…”.
Una madre preocupada confía sus a sus amigas: “Ya no sé qué hacer…. el problema es que Juan Pablo llega del colegio, almuerza y luego se instala en los juegos electrónicos de cuatro de la tarde a ocho, nueve, diez, once de la noche, con algunos recesos para hacer algún deber y comer algo”.
Ingenuamente de manera optimista un periódico titulaba en estos días: “Jóvenes son los que más leen en el Ecuador, según el INEC”.
La verdad es que los ecuatorianos y ecuatorianas que hemos tenido el privilegio de acceder a algún nivel educativo, leemos cada vez menos. Los mentados datos del INEC describen parcialmente tal situación: 5 de cada diez ecuatorianos leen una o dos horas a la semana. De estos 5, la mayoría son los jóvenes de 16 a 24 años. Sin embargo, de esta evidencia lo más importante es constatar que estos “destacados” ciudadanos leen solo una o dos horas en ocho días que tiene la semana. Esto es nada o casi nada frente a un promedio de 30 o 40 horas que muchos chicos dedican a los juegos o al Facebook. Por otra parte está otro dato: solo el 1% de la población alfabeta lee de 9 o 10 horas a la semana.
A más de esta información cabe preguntase sobre la calidad de la lectura. Esto es: los lectores ¿qué leen? Ciertamente una cosa es que lean los periódicos: pero qué periódico y qué sección: ¿deportes, farándula, crónica roja, comics, opinión, economía, política? Revistas: ¿Condorito? ¿Vanidades? ¿Vanguardia? ¿National Geographic?.
Si leen libros: ¿qué tipo de libros? ¿Autoayuda? ¿Novela? ¿Historia, sociología, antropología? Y sobre todo la gran pregunta: ¿entienden lo que leen? Muchas son las causas para que nos alejemos de los libros: analfabetismo funcional, sobrecarga laboral, juegos electrónicos, falta de hábito de lectura y tantas más… hogares poco afectos, los estímulos intelectuales y un sistema educativo que no descubre sus tremendas falencias.