Larga vida a los libros

El Código da Vinci ocupa los primeros lugares entre las novelas más leídas; su autor, Dan Brown, publicó este año 'Inferno', un libro de misterio y suspenso que tiene 640 páginas y se basa en alguna simbología de la 'Divina Comedia', una obra clásica de Dante Alighieri. 'La cena', de Herman Koch, se centra en los problemas morales de los hijos que hay que tratar de proteger; es una novela que transcurre en Ámsterdam. En tanto que 'El tango de la guardia vieja', del afamado Arturo Pérez Reverte revela que ese ritmo tan apreciado y conocido en Argentina tiene un origen africano, es una danza erótica.

Estas son solo algunas reseñas de alrededor de una veintena de libros recientes y no tan recientes, novelas, literatura e historia. Quienes narran no son literatos, son un grupo de médicos que se reúne una vez al mes para compartir lo que han leído.

Suena extraño que una decena de científicos ocupen parte de su escaso tiempo a la buena lectura de obras, a compartir literatura, historia, ficción, etc. Lo sorprendente de esta experiencia es que el nivel de crítica es exigente. El que leyó a Pérez Reverte no pudo evitar la comparación con otras novelas del español: "El cuello largo y delgado de la sexi protagonista de la novela es repetida 12 veces por el autor", acota uno de los galenos para bajar la calificación.

Son famosos y prestigiosos especialistas en gastroenterología, cirugía, endocrinología, etc. Varias especialidades reunidas para hablar exclusivamente de literatura, nada de enfermedades, nada de economía, menos de política, simplemente unidos en torno a los libros.

La primera ronda comienza con una revisión de los libros que cada uno de los asistentes se llevó el mes anterior. Tras el análisis y la calificación, en una escala de 1 a 5, se procede a la devolución. Los textos se acumulan en el centro de una mesa. En la segunda ronda se presentan los libros que los médicos compraron. También se califica la obra y se deposita en el centro de la mesa para que el interesado se lo lleve a su casa y lo devuelva después de un mes con la calificación y el comentario.

En medio de esa decena de médicos había un historiador. Mi participación no fue como periodista, sino como lector. La experiencia me pareció superlativa; me llenó de optimismo comprobar que mucho más allá de las dificultades que tiene la sociedad, hay personas sensibles, que leen, comparten buenas experiencias a través de los libros y, además, los prestan sin ningún recelo.

Lo más difícil para mí fue escoger la obra que me llevaría a casa. Entre más de 20 libros que se habían acumulado me decidí por Limónov, de Emmanuel Carrere. No es ficción, es pura historia, la de la Unión Soviética en 50 años, el totalitarismo y todos sus derivados. Me impresionó esta frase de Putin: "El que quiera restaurar el comunismo no tiene cabeza; el que no lo eche de menos no tiene corazón".