Con el juego de letras convertido en sigla de su movimiento PPK, ( Peruanos por el Kambio), cambiar el orden permite este resultado: Kuczynski para el Perú.
Bueno, cuatro días de sobresalto llevaron a un resultado final que se dijo es el más apretado del último cuarto de siglo.
Una segunda vuelta cargada de tensión en la que finalmente PPK sacó el 50,12% de los votos y Keiko Sofía Fujimori ,49,88%, apenas el 0,24% de diferencia.
Ahora el reto mayor será la gobernabilidad. El Presidente electo tiene claro el plan económico, es un liberal ortodoxo. Es la receta que ha servido para la continuidad democrática durante los regímenes de Ollanta Humala y antes de Alejandro Toledo y Alan García. Con importante inversión extranjera y mucho progreso pero todavía con mucha pobreza para combatir.
Pero la gobernabilidad le mostrará su rostro menos amable al nuevo presiente en las cuentas del Congreso. De 130 diputados, en la primera vuelta Fuerza Popular ( de Fujimori) sacó 73 diputados. La segunda fuerza fue la izquierdista del Frente Amplio, de Verónika Mendoza, con 20 legisladores, PPK, con apenas 18 escaños, Alianza para el Progreso con 9 curules y 9 bancas apristas.
Si bien algunas de estas fuerzas se decantaron el domingo por PPK para contrarrestar a Keiko, las sumas y restas en el Congreso no estarán muy claras. Keiko Fujimori declaró la oposición y su hermano Kenji es el legislador más votado y aspira al solio presidencial en las elecciones de 2021.
Hace 15 días Fujimori llevaba 5 puntos de ventaja a PPK, el último debate la gran marcha contra el ex presidente encarcelado y su política represiva y algunas denuncias fueron cruciales para dar la vuelta la tortilla.
Por ahora PPK tiene un ‘arma’ humanitaria en la mano que puede atenuar un inicio de una oposición cruda de Keiko, ya lo ha dicho: un arresto domiciliario de Alberto Fujimori puede comprar oxígeno político al presidente Electo. Todo un futuro incierto.