Konkursverschleppung

Konkursverschleppung es una de esas palabras en alemán que, además de ser impronunciables, definen todo un concepto y casi una cultura completa. Traducida al español (algo nada fácil), significa algo como la infracción de no informar a tiempo al público que una persona, natural o jurídica, está quebrada.

Es algo así como “aplazamiento del anuncio de quiebra”, o “aplazamiento del anuncio de incapacidad de pagar las obligaciones”.
El daño que se causa a la sociedad cuando no se informa a tiempo de una quiebra es que quien está en problemas podría seguir haciendo negocios con otras personas, a sabiendas de que no le va a ser posible cumplir con sus compromisos.


La KV (dejémosle en iniciales para no complicar la lectura) es considerada como algo relativamente grave en el derecho alemán porque destruye la confianza necesaria para que un sistema de libre mercado y de empresas competitivas pueda funcionar adecuadamente.

Y esa cultura de tratar de crear y mantener las instituciones que garantizan el buen funcionamiento de una economía de mercado es algo típicamente alemán.


Por eso, esta complicada palabra resume tanto un concepto como una cultura.
Y el concepto es interesante. Porque refleja el daño que se hace a la comunidad cuando un agente económico calla o disimula sus problemas económicos, más o menos, como está pasando con el gobierno ecuatoriano.


Porque el gobierno está sin plata y por eso está desesperado por conseguir financiamiento. Tan necesitado está que hasta ha aceptado endeudarse al 10,75% a seis años plazo, una tasa mucho más alta y un plazo mucho más corto que nuestros vecinos, que obtienen financiamiento a tasas de 4% y a plazos de 20 años.


Tan escaso de fondos está el gobierno que ha recurrido a pedirle préstamos al Banco Central, algo poco recomendable en cualquier país del mundo, incluso en los países no dolarizados donde los bancos centrales pueden emitir dinero sin límite.


Y la semana pasada el Banco Central aumentó el encaje bancario, de 2% a 5%. Con eso, los bancos privados van a depositar más dinero en el Central que, a su vez, le podrá prestar más plata al gobierno.


Obviamente lo ideal sería que si el gobierno está sin plata, no siga haciéndonos creer a los ecuatorianos que todo está bien y que puede seguir gastando sin límite, porque eso es simplemente aplazar el ajuste, aplazar el momento en que habrá pagos que no se podrán seguir cumpliendo.


Porque el ajuste va a venir el momento en que se acaben las fuentes de financiamiento que le han permitido al gobierno aplazar una importante reducción de su gasto. Y por ahora, todo ese endeudamiento es sólo el aplazamiento de lo inevitable.

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