La orden llegó de arriba, del cielo, o, quizá de ultramar. El bloque legislativo de Alianza País tomó un derrotero y los cinco miembros verdes del CAL, actuaron en consecuencia.
El juicio político que buscaba el legislador de CREO, Roberto Gómez, fue archivado. Por ahora, dirán algunos. Vamos a ver.
Que no se habían observado los procedimientos, dijeron, que faltó documentación, que las copias no eran adecuadas o que no se obtuvieron por una vía clara. A saber los legisladores no siempre tienen acceso a la información- como debieran, conforme al mandato legal-, sobre todo cuando estamos apenas sacando la cabeza de años de oscurantismo y sepulcrales secretos.
Hay todo un debate sobre si al Consejo de Administración de la Legislatura, CAL le corresponde o no revisar las pruebas y calificarlas. Para los parlamentarios de AP esa parece la función prioritaria. Para la sana lógica política la facultad -castrada durante tantos años- de fiscalizar es más importante porque corresponde a la esencia del poder legislativo, que en un modelo de concentración de poder como el urdido, se anuló de modo pernicioso.
Que no quieren el show mediático, dicen. Muchos de ellos piensan que el show mediático estaba bien para las cadenas descalificadoras o para las sabatinas insultantes pero nunca para un juicio político. O pensarán, acaso, que show mediático es todo aquel ejercicio de fiscalización o acto público o político que su aparato de propaganda o medios subyugados no manipulen, sometan a su tamiz o controlen cada segundo de su puesta en escena como ocurría.
Por los nuevos vientos que dicen que están soplando hubiese sido sano y transparente propiciar un juicio político al Vicepresidente. Allí, en el foro que corresponde a la vida democrática que es el parlamento, Jorge Glas hubiese tenido la oportunidad de oro para desvirtuar las acusaciones y los señalamientos, contestar todas las preguntas de los interpelantes y los legisladores de su bancada o de las demás de oposición y dejar en claro si hubo o no responsabilidad política en el manejo de las áreas delicadas que le encargó el anterior Presidente.
No se sabe qué hubiera pasado pero esa era la tribuna adecuada. No sabemos si esa oportunidad volverá o si el bloqueo impuesto esta semana termine minando por dentro un ya de suyo lastimado bloque oficialista y ejerza presión de opinión pública sobre el propio Presidente, que anunció una cirugía mayor contra la corrupción.
Ahora queda la instancia judicial para ventilar varios episodios opacos. Si cabe, Glas puede volver a recorrer el camino de la legislatura que no debe ser jamás aquel de la alfombra roja y la tarima que supo a poco y no dejó nada en claro.
Mientras, en esta misma semana ponían grillete electrónico a Cléver Jiménez, ex legislador de Pachakutik. Yo no se si hay argumentos para juzgarle pero me parece denigrante tenerle a él con ese adminículo mientras tanto ex funcionario pasea su impunidad y auto exilio dorado por Miami.