AP quiere convencer que Ecuador vive una guerra entre derecha e izquierda. Para unos la ideología es del pasado. Olvidan que evoluciona y que hay momentos en la historia en que las tendencias se superponen, antes de redefinirse.
Así, no es raro ahora que los “progresistas” se parezcan a liberales, neo-liberales y conservadores, o viceversa. Reina la confusión. Es lo que pasa con Lasso y Correa, el candidato de los candidatos de AP.
En valores y creencias, los dos pueden competir sobre quien es más católico conservador y sigue al pasado Vaticano. Aunque, Lasso dice que sus convicciones personales no son políticas de Estado. ¿Dirá ello sobre el aborto? Correa sigue el Vaticano de antes.
La estatización vs la privatización realmente ya no les divide. Correa concesionó, por dos generaciones, una privatización de hecho, de puertos y recursos naturales. Una coincidencia y despreocupación para Lasso. Correa amenazó con privatizar sectores de la salud del IESS, “porque no funcionaban”.
En Educación, el financiamiento a escuelas católicas minimiza al sector público e de incrementa al privado. La diferencia sustantiva puede ser entre la tendencia dirigista de la educación o de otros servicios y el inverso en Lasso.
Sobre política económica hay diferencias pero no tan contrastadas; salvo en el aspecto fiscal. Correa acuerda a la fiscalidad un rol de regulación del sistema social, mientras Lasso quiere reducir esta importancia. Pero en lo de jugar con el mercado o con el mercantilismo o controlar el sistema bancario, Rafael Correa ya dio un paso a menos Estado y menos regulación (Cassineli y Glass se esmeran en demostrarlo), acaso Lasso quiere aún menos, menos. Es una cuestión de grados.
En cuestiones sociales hay diferencias, pero no son las que la propaganda de AP dice.
Guillermo Lasso es considerado un privatizador. Correa se centró en querer resolver la pobreza y promover la igualdad con subvenciones y gastos insostenibles que ya no se los puede asumir; y Correa evolucionó a ser un social-liberal. Lasso algo ha modernizado sus posiciones sociales al decir que el Estado debe intervenir y que el mercado no puede todo resolver. Las distancias no son tan grandes como parecían.
Lo que si contrasta es en la reducción del Estado, empezando por la función pública. Pero si AP gana, tendría que gerenciar la crisis, reducir los gastos ¿Despediría funcionarios?
Los contrastes, en los hechos, no son tan grandes. Correa, seguidor de la Doctrina Social de la Iglesia, llevó Ecuador a una conservadora posición y devaluó a la polarización izquierda-derecha, salvo en el discurso, lo es muy útil. Sin embargo, hay diferencias pero no son las que se dice.
En esta vez, el problema no parece estar entre derecha e izquierda, sino en la pertinenciade la continuidad o no del gobierno, por tantas otras razones.