La palpitante historia y el trágico final del 35o presidente de los Estados Unidos -John F. Kennedy- llegaron con fuerza al público durante los últimos días por el cincuentenario de su asesinato y por las circunstancias y dudas que rodean al caso. El personaje fue más que interesante y en su caso no faltan los misterios (¿quién fue el autor intelectual?) y los comentarios sobre sus aciertos y desaciertos. Funcionó, además, un tema extra. Nada menos que la chismosería referente a las damas que se aproximaron a su vida, con su bella esposa Jackie en primerísimo plano, pero con la fama -por su pinta, poder y simpatía- de ser un donjuan de éxito.
La autoría intelectual queda en pie para el futuro, entre acusaciones, cálculos y defensas. La calidad de su gobierno tiene partidarios y detractores. No hay duda respecto a sus atractivos humanos y sus novedades (el primer presidente católico de USA, un gobernante joven e inteligente, ) y la maldad y dimensión del suceso ocurrido, en medio de la conmoción mundial, hace medio siglo.
En la rememoración cuentan los aspectos personales. Entre ellos, el ascenso con altibajos, el poderío y la fama del clan Kennedy, sin que falten las amarguras familiares, los accidentes y hasta otro magnicidio, el de Robert Kennedy, ganador de elecciones primarias y seguro triunfador presidencial para 1968. ¿Y las damas de JFK? También cuentan. Encabezadas, claro, por una mujer bella, distinguida, inteligente. Una Jacqueline Bouvier que fue enfatizada como una “firts lady” digna de John F. Se casaron en 1953 y ella fue luego un gran aporte para la campaña que llevó al poder al número 1 de los Kennedy. El día del crimen, en Dallas, ella iba junto al Presidente cuando se suscitaron los tres disparos siniestros. Felizmente se libró de la muerte y se dedicó a atender al herido. Llevaba un vestido rojo de Channel, con guantes blancos, que se manchó de sangre y hoy es pieza histórica. Su afamado esposo la quiso mucho y ella fue la mujer de su vida y la Jackie deslumbrante. Pero no faltaron las versiones respecto a más de una aventura extramatrimonial de John F. Kennedy, entre ellas una muy sonada, cuando él ya era un presidente con fama mundial. Nada menos que con la artista más atractiva y sexy de Hollywood. Con una Marilyn Monroe que tuvo una niñez y una juventud difíciles y luego tres matrimonios con personajes de la época, entre ellos un beisbolista y un dramaturgo.
Una espectacular Marilyn que fue ascendiendo en Hollywood con sus atrevidas películas, (los caballeros las prefieren rubias, cómo pescar un millonario) hasta ser la más taquillera y erótica. Las versiones sobre los choques nocturnos Kennedy-Monroe flotaron sin tregua y sin confirmación. Jacqueline nunca dijo una palabra. Entre chisme y chisme, la singular Marilyn, de 34 años, amaneció muerta el 5 de agosto de 1962. Suicidio por uso de barbitúricos, fue el informe policial.