Investigación histórica

Las investigaciones históricas, así como las arqueológicas, son fundamentales para conocer más y entender mejor nuestro pasado. Esa es la función de los académicos, como dice el fundador de la Academia Nacional de Historia, monseñor Federico González Suárez, en la carta “A los jóvenes fundadores de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos”: “Como la verdad es el alma de la historia, buscad la verdad, investigad la verdad; y, cuando la encontrareis, narradla con valor' La historia tiene una majestad augusta: la lisonja la envilece, la mentira la afrenta; sólo la verdad le da vida”.

Los ecuatorianos debemos buscar información sobre nuestro pasado, no solo en los muchos yacimientos arqueológicos que falta estudiar, trabajar y proteger, para conocer con mayores evidencias del gran desarrollo cultural de los primeros habitantes de nuestro territorio, sino en importantes archivos nacionales y extranjeros para conocer más sobre eventos, personajes y lugares que han enriquecido nuestro pasado, y forjado nuestro desarrollo.

Nuestro colega en la Academia, don Enrique Muñoz Larrea, hurgando en el Archivo General Militar de España, que está en el Alcázar de Segovia, ha encontrado importantes declaraciones de españoles que lucharon contra la independencia en la auditoría militar del coronel Bartolomé Salgado por su participación en el 9 de Octubre de 1820. Las afirmaciones de Ramón Martínez en 1828 demuestran que la revolución fue más sangrienta de lo que sabíamos, los cronistas patriotas de esta, como José Villamil, no publicaron sus relatos sino a partir de 1863, y si bien reportaron la muerte del coronel Magallar, no mencionaron bajas en las tropas de ambos bandos. El relato del español confirma la astucia y sagacidad con que actuaron los patriotas, y la rudeza de Escobedo contra los españoles, descrita por Emilio Roca en 1885. El general Jerónimo Valdez, quien llegó a ser ministro de Guerra en España, resalta la trascendencia del 9 de octubre. Dice que sin la insurrección de Guayaquil no se habría perdido el resto de Quito, ni las fragatas Prueba y Venganza y “no habría dejado de ser batida, sí obligada a reembarcarse, la expedición de San Martín muy luego que desembarcó. No obstante de los desaciertos del que mandaba a los españoles, que sin la pérdida de Guayaquil no habrían sido tantos ni tan crasos, porque no habría sido tan grande su atolondramiento y confusión y por consecuencia tan general la desconfianza de los que obedecían”.

Felicitamos a la ANH por la publicación y esperamos que el trabajo investigativo de don Enrique Muñoz sea imitado por muchos ecuatorianos, quienes debemos trabajar para completar información de nuestro pasado.

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