En la sabatina del 28 de enero del 2012, en Montecristi, los medios relatan que el Presidente Correa citó a Trasímaco, que hace 3 000 años habría dicho “La justicia es el interés del más fuerte”.
Trasímaco vivió entre el año 459 a.C. y el 400 a.C. Fue un sofista que afirmó“La justicia es sólo lo que aprovecha al más fuerte”. El llama a esta “la ventaja propia del superior”.
En la República, Libro I, de Platón –debo suponer que la obra ha sido leída por el presidente Correa- aparece la conversación entre el sofista Trasímaco y Sócrates, el filósofo virtuoso y sabio, de la que transcribo una parte pertinente:
Trasímaco: “Sostengo yo, que la justicia no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte”.
Sócrates le replica y pide explicación.
Trasímaco explica: “Algunas ciudades –estados- se rigen por tiranías, democracias o aristocracias, con el poder de dictar las leyes que le convienen a cada uno. En todas las ciudades –estados- la justicia no es sino conveniencia del gobierno establecido y este es el que tiene el poder”.
Y después viene la reflexión:
“Cada gobierno dicta las leyes en su propio provecho: Una vez dictadas, establece que lo justo para los súbditos es lo que es útil para ellos, y castiga a quien no lo acepta así, como si fuera un hombre injusto y violador de la ley” y sigue “Y es esto, precisamente, querido mío, lo que yo digo, Que en todos los Estados siempre es justo lo mismo: lo que es útil al gobierno establecido. Y este es el más fuerte, de donde se deduce, para quien razone correctamente, que en todas partes se identifica lo justo con lo que es útil para el más fuerte”.
Terrible para una democracia que el sofisma de Trasímaco sea inspirador de un gobernante.
El avance de la humanidad en derechos humanos va inverso a lo expresado por Trasímaco, pero hay Estados – como el Ecuador de nuestros días- en que a pretexto de gobernabilidad, se le da vigencia al pensamiento de Trasímaco.
No está quedando espacio libre del secuestro impuesto por el entorno del Gobierno central.
En legislación ni hablar de la posibilidad de decisiones no sumisas al gobernante. Si la mecánica legislativa se traba, la conducta colusoria hace que proyectos y vetos pasen “por el ministerio de la ley”, esto es sin trámite legislativo.
En lo judicial, en los tiempos del “febrescorderato” se hablaba que ir a juicio era como jugar a la ruleta rusa, un revólver con el tambor a medio llenar, de modo que al disparárselo en la sien, podía salvarse el sujeto, porque no le tocaba la bala; el temor es que hoy ya no habrá“ruleta rusa”, todo el tambor está cargado. Están por verse las próximas actuaciones judiciales.
Si bajo el imperio de un gobernante, las leyes y los fallos serán expresiones de sus intereses y apetencias, resultará doloroso tener que recurrir a instancias internacionales, pero no habrá otra vía.