1. De acuerdo con su criterio ¿qué factores hacen presumir que el 2015 puede ser un año difícil como lo advirtió el Presidente?
Los problemas evidentes y tratados por los distintos medios de comunicación son, en el orden de importancia: balanza de pagos, presupuesto fiscal. De la forma como se los atienda dependerán los efectos en las demás actividades nacionales.
Cuáles son los factores que los han creado: A escala internacional se pueden citar la caída del precio del petróleo; el deterioro, con las debidas excepciones, de los mercados mundiales de materias primas, productos energéticos y mineros; la declinación del dinamismo de los principales países emergentes; la frágil situación de la recuperación europea; la reincidente recesión japonesa. A escala interno, el atraso en la negociación de los acuerdos comerciales; el retraimiento de la inversión privada; la inestabilidad tributaria.
A cada uno de estos factores hay causas que explican su comportamiento adverso a los intereses nacionales. Es posible, con una alta probabilidad de ocurrencia, que la etapa de abundancia de recursos y circunstancias que favorecieron al país haya concluido. Las advertencias hechas con insistencia sobre la durabilidad de este ciclo expansivo, se han hecho realidad. Así lo ve el Gobierno. Así lo ven los organismos multilaterales. Así lo pronostica la Cepal. En fin, hay consenso en el inicio de una nueva época en la cual renace, y puede ser con fuerza, la escasez que tanto tiempo convivió con el país.
A todo lo dicho debe sumarse, con resultados que pueden ser muy desagradables para el Ecuador, el fortalecimiento del dólar producto de su propia realidad y de la necesidad de devaluar las monedas de países y regiones para suavizar la desaceleración o contrarrestar la recesión, que viene acompañada de la conclusión de la expansión de la emisión monetaria en los EE.UU. y los temores de aumentos de las tasas de interés. Para fortuna del Ecuador, eso todavía no tiene un horizonte claro, pues la inflación del norte continúa deprimida.
Un comentario final: el diferencial de inflaciones entre el país (casi 4%) y el emisor del dólar (1.7%) es muy alto, lleva un buen lapso bajo esas condiciones y no da señales de corrección. Con el tiempo, el resultado final acumula costos superiores que pueden inhabilitar la competitividad de la producción nacional.
2. ¿Cuál es el peso específico del petróleo en la economía nacional?
No hay una forma a través de la cual se pueda generalizar su importancia. Se lo puede medir usando diferentes relaciones. Por ejemplo, la representatividad en la balanza comercial, que en este caso llega al 55% de las exportaciones. Otra forma es mirar la dependencia del Fisco en los recursos que le proporciona. Aquí la medición puede hacerse adicionando dos partidas básicas: ingresos de exportación al presupuesto más exportaciones necesarias para financiar los subsidios a los combustibles. En conjunto son casi 9 000 millones de dólares y significan el 33% del total de ingresos. Advertencia: no están incluidos los recursos que van a Petroecuador.
Una tercera forma es mirar cuánto aporta, de manera directa, la actividad hidrocarburífera al PIB. En este caso el indicador se aproxima al 10%. Obviamente, este es un valor relativo que ofrece una idea pero omite ver la compleja interrelación de las actividades económicas y sociales, por lo cual el daño ocasionado en una de ellas tendrá repercusiones en otras, dependiendo del grado de integración y complementariedad que exista. Esta reflexión simple que trata de ofrecer una idea básica del equilibrio general que existe en la economía, supone la inexistencia de fuentes alternativas de financiamiento que permitan compensar, por lo menos de manera transitoria la brecha creada y con ello minimizar la profundidad de la caída.
3. A más de la baja del precio del petróleo y la relación del dólar frente al euro ¿qué otras amenazas externas enfrenta la economía del Ecuador?
Creo que la pregunta fue contestada en la primera. En realidad, la relación del dólar con el euro es reflejo precisamente de la diferente percepción que existe sobre la solvencia y consistencia de las políticas económicas. Mientras se aprecia una superación de la crisis en los EE.UU., en Europa la situación es mucho menos clara. Pues bien, esa distinción ocasiona movimientos en los tipos de cambio. Igual ocurre con las monedas de los emergentes, o con el yen.
Ahora bien, ese proceso tiene un límite, pues tampoco es la panacea para los intereses de la moneda revaluada, pues acarrea incentivos contrarios a la recuperación sostenida.
4. ¿Qué incidencia tiene la modificación del precio de la caja de banano y si el Ecuador tiene el riesgo de perder ventajas en sus exportaciones frente a los otros países productores?
La fijación del precio interno de la caja es un instrumento político que en muchos casos no refleja la realidad económica ni está vinculado con el mejoramiento de la eficiencia productiva. El sistema fue impuesto hace muchos años para combatir el monopolio exportador y obligar al pago de un precio remunerativo a los productores. Habría que preguntarse cuánto ha mejorado la productividad desde su implantación. Y, ahora que existen varias empresas dedicadas a la venta externa, acaso no existe un nivel de competencia que no requiere de la intervención del Estado.
El peligro radica precisamente en la extemporaneidad de la revisión, en especial cuando el mercado da signos de atravesar por una etapa deprimida y ofrece precios menores. Políticamente es muy difícil para el Gobierno reconocerlo. Pero al actuar de esta forma, le quita vitalidad a la actividad, que pierde el interés del inversionista y la retrae frente a otras opciones de producción.
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