Junio tuvo una inflación rara, tan rara como compleja de analizar. En resumen, fue una inflación inusualmente negativa (o sea, los precios cayeron) y, hay muchas posibles causas de esa caída.
Estrictamente hablando, la caída de los precios entre mayo y junio 2017 (que es lo que estamos analizando) no puede definirse ni como inflación ni como deflación, sino que es una simple “variación de precios”. La inflación y la deflación son procesos más largos, necesariamente de más de un mes de duración, pero permítanme tomarme la libertad académica y llamarle “inflación negativa” a la caída de precios de 0,58% en el mes pasado.
Lo inusual en esta caída es que es una de las más fuertes desde que nos dolarizamos y viene dos meses después de la significativa subida de precios de abril. Para complicar la cosa, hay varios factores que pueden haber causado esta disminución, a saber, la reducción del IVA, la desaparición de las salvaguardias, el componente estacional (usualmente en junio la inflación es muy baja y hasta negativa) y, finalmente, una posible desaceleración económica.
Cuando la economía se desacelera, sobre todo cuando baja la demanda, los precios tienden a desacelerarse y eso estaba ocurriendo hasta mediados del 2016, hasta el momento en que el Gobierno decidió disparar su gasto público con fines electorales. Con tantas causas posibles, es complejo saber cuál tuvo más peso. Pero una desagregación detallada de los productos que cayeron y cuánto cayeron nos puede dar una idea aproximada de las causas de este inusual hecho.
En el grupo de productos que se usa para calcular la inflación (conocido como “la canasta”), más o menos la mitad pagan IVA y la otra mitad no lo hacen. Pues ambos grupos bajaron de precio, aunque los que pagan IVA lo hicieron con más fuerza. Por lo tanto, si bien la reducción de IVA es una causa, no lo explica todo.
Nuevamente, de esos 359 productos que conforman “la canasta”, algo más de la mitad son “transables” es decir, están influenciados por el comercio exterior. En promedio, esos productos cayeron de precio solo algo más que aquellos “no transables”, es decir, aquellos que no están influenciados por las transacciones con el resto del mundo. Por lo tanto, las salvaguardias también son una causa, pero tampoco son la única.
Finalmente, si bien junio tiene inflaciones bajas, este fue el mes de junio con la menor inflación desde 1974, por lo que el componente estacional también pesa aunque no lo explica todo.
Por lo tanto, no se puede desechar la posibilidad de que esta inusual inflacioncita sea el primer anuncio de una desaceleración económica desatada por una caída de la demanda a raíz de que el Gobierno ya no gasta tanto porque ni tiene plata ni está en campaña.
@VicenteAlbornoz