¡Indignación y rechazo!

El 21 del mes en curso, las autoridades de la Cancillería difundieron un memorándum que resume los resultados de un seminario de formación de los terceros secretarios e invitaron a todos los funcionarios a "ser parte de esta minga en beneficio de un servicio diplomático de excelencia".

El seminario elaboró un "diagnóstico de los estereotipos y malas prácticas que configuran la diplomacia tradicional, aún vigente" y aprobó un manifiesto basado en "Representación teatral, dibujos, estatuas". Al responder a la pregunta "¿qué es la diplomacia tradicional"?, el manifiesto la denigra y ofende de la manera más burda, injusta y grotesca, poniendo en su boca frases como las siguientes: "Nosotros, los excelentísimos representantes de la Diplomacia ecuatoriana, herederos de las normas, las buenas costumbres y el linaje de nuestros antepasados que llegaron a estas tierras con la gran misión de civilizar los pueblos y traer las buenas nuevas... nos subordinamos a las leyes de la iglesia Católica... nos ponemos en las manos de aquellos países que han logrado el desarrollo... debemos respetar los linajes y profesiones acordes sólo a nuestra tradición y dar prioridad a los varones por su condición superior...".

Con fotos tomadas en un sainete cuyos actores fueron los estudiantes, se acusa a la diplomacia de "discriminación, insensibilidad, desconfianza y burocracia"; con dibujos infantiles de momias se añade que desatiende, maltrata y excluye a los migrantes. Se le acusa de ser subordinada a los Estados Unidos y a otras potencias extranjeras, así como a "los grupos élites de la Sierra ecuatoriana, grupos de influencia que han mercantilizado la diplomacia ecuatoriana". Del diplomático se dice que es "excluyente, elitista, coctelero, subordinado al imperialismo, identificado con el sueño americano".

A pesar de todo, se advierte que "no es correcto construir a partir de la deconstrucción absoluta". Se sugiere "transversalizar en la formación de diplomáticos, las dimensiones éticas y políticas (ideológicas)" (sic), "asumir el buen vivir", "brindar servicio de calidad y calidez", "ciudadanizar la diplomacia, profundizando en su significado".

El documento contiene algunas ideas generales correctas, verdades de Pero Grullo, que no borran la insidia, el resentimiento, el odio que han inspirado los trabajos del seminario. Un observador imparcial podría preguntarse dónde quedaron los parámetros de respeto a las personas, de sujeción al derecho internacional, de tolerancia y de convicción sobre la vigencia de los derechos humanos, indispensables en la formación de un diplomático.

P.D. El 27 de noviembre, el Canciller ha desautorizado la difusión del memorándum del 21. Mi artículo fue preparado el 24: en consecuencia, pido al amable lector que lo dé por no escrito.

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