El Gobierno ya no tiene ningún problema en decir que el acuerdo comercial que negoció con la Unión Europea es una adhesión al documento firmado por Colombia y Perú, donde se lo llama TLC sin ningún remordimiento.
El Régimen ahora defiende el acuerdo y lo califica de exitoso, aunque eso dependerá de las políticas que se implementen en el país para aprovechar el mayor acceso al mercado europeo y apuntalar las exportaciones, sobre todo de productos no tradicionales.
Por ahora no se está cumpliendo ese objetivo. Entre enero y octubre del presente año el comercio entre Ecuador y la Unión Europea se redujo. Las exportaciones a ese bloque cayeron 8% y las importaciones, un 13% respecto a igual período del año pasado.
Esa contracción en el comercio no solo ocurre con la Unión Europea sino también con los países andinos, donde el comercio bilateral cayó en los primeros 10 meses del año. La aplicación de salvaguardias y el fortalecimiento del dólar han impactado en el comercio exterior del país y la respuesta a esta coyuntura tomará tiempo, pues implicará fortalecer las exportaciones con más productividad.
La aplicación de salvaguardias ha frenado las importaciones en general y ha generado desencuentros con los países vecinos. El Gobierno ha defendido esta medida porque busca que los dólares se queden en el mercado nacional y así se fortalezca la dolarización.
Sin embargo, ese freno a las importaciones también ha significado una caída de las exportaciones, es decir, dejaron de ingresar dólares al mercado ecuatoriano.
El caso de Perú es el más emblemático. Las compras a ese país cayeron 20% entre enero y octubre, pero las exportaciones nacionales a ese mercado bajaron 41%. Si el objetivo es fortalecer las exportaciones y abrir nuevos mercados para los productos nacionales, el Gobierno tendrá que evitar barreras a las importaciones. Y la prueba para las autoridades llegará el próximo mes, cuando empezará el desmote de las salvaguardias.