Nada importa

Nada importa a estas alturas de la campaña. Se repite cualquier disparate que recomiendan los asesores, se miente con absoluto descaro; se insulta al adversario, se lo injuria, se tergiversan sus palabras, se lo amenaza y se lo desacredita con ficciones y artimañas.

No hay norma que se cumpla, no hay principios éticos que se acaten, no hay límites que se respeten. Lo único que interesa es ganar esta elección y mantener el control total. Y si se lo hace a costa de la credulidad de la gente, de engaños pueriles en los que el pueblo cae fácilmente por angustia, necesidad, ignorancia o desesperanza, tampoco importa, así funciona el populismo que te ofrece lo imposible durante la elección y te hace saber que era imposible cuando ya está en el poder. 


Nada importa cuando se trata de conquistar el voto. Ilusionan a los más desfavorecidos con promesas de viviendas gratuitas que jamás podrán cumplir ni aunque volvieran a tener la bonanza de los años anteriores; ofrecen duplicarles el bono cuando no queda un céntimo en las arcas fiscales y están obligados a endeudarse cada mes para cubrir el déficit que crearon con su inoperancia e irresponsabilidad; les aseguran a los pobres que ahora sí dejarán de serlo, pero mientras tanto ha pasado una década y solo los multiplicaron; les prometen nuevos hospitales pero cuando reclaman medicinas, equipos y personal adecuado les tratan con desprecio.

Nada importa en el reino del absurdo durante la época electoral. Utilizan sin vergüenza alguna los recursos del Estado para su campaña; obligan a los funcionarios públicos a acudir a mítines y promover a sus candidatos; usan y abusan de los medios de comunicación públicos con total impunidad; distribuyen encuestas falsas, festejan con sondeos a boca de urna claramente alterados y acusan al único encuestador que acertó en la primera vuelta de haber forjado los resultados cuando nos les resultaron favorables.


Nada importa en esta contienda cuando se invierte la verdad y se tuerce la realidad para engañar a los votantes. Se promete duplicar las pensiones de los adultos mayores cuando todos estos años se ha utilizado sus fondos como caja chica y se ha puesto en riesgo el sistema de seguridad social; se pretende captar los votos de las Fuerzas Armadas y de la Policía cuando se los ha maltratado y humillado abiertamente; se busca electores entre los jóvenes a los que se les ha restringido la diversión, se les ha impuesto la carrera que decide el Estado y se les ha condenado a la desocupación.

Nada importa cuando se tiene la cara dura, el pecho frío y las manos sucias; cuando se miran en el espejo venezolano y a pesar de que solo se ve hambre, escasez, deshonestidad, muerte y destrucción, ellos pretenden que veas en algún rincón un paraíso escondido. 
Nada importa cuando desaparece la democracia, cuando se extingue la libertad, cuando se abandera la prepotencia y se encubre la corrupción. 
Nada importa si no puedes expresar tus ideas, si no te dejan gritar.

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