Y nosotros ilusos que creímos que la dolarización iba a frenar a los populistas. Ciegos fuimos al creer que lo uno limitaba a lo otro.
Pero no, demostraron tener una infinita creatividad y se las arreglaron para implementar todas las malas políticas a pesar de las restricciones que (supuestamente) imponía la dolarización.
En el libro de texto sobre las políticas económicas que recurrentemente destrozan esta región del mundo, el clásico “La macroeconomía del populismo en la América Latina” de Dornbusch y Edwards, se describe la mayoría, pero no todos, los procesos por los que hemos pasado en los últimos años.
Se describe, por ejemplo, cómo en épocas populistas, siempre al Estado se le da por entrometerse en la economía, típicamente imponiendo controles y cómo, cuando esos controles no funcionan, el mismísimo Estado tiene que intervenir más para limitar las distorsiones causadas por las restricciones originalmente impuestas.
Más o menos como cuando dispararon el gasto público y necesitaron hacer que hasta el IESS les preste plata, pero con eso debilitaron el balance de la seguridad social y entonces empezaron a mandar pacientes a las clínicas privadas, pero como estaban sin plata, no pudieren pagar a las clínicas privadas y entonces decidieron mandarse una ley completa para que las empresa privadas de seguros de salud cubran lo que el IESS no puede financiar porque tiene que prestarle plata a ese barril sin fondo más conocido como finanzas públicas.
Pero el elemento de la “Macro del Populismo” que fue explotado hasta la saciedad en los peores casos de malas políticas económicas fue la emisión de dinero, esa política aparentemente mágica mediante la cual una simple maquinita crea riqueza imprimiendo billetes. Pero esa es una de las políticas más destructivas porque termina en unas monstruosas inflaciones que arrasan con todo, como pasó en la Bolivia de Hernán Siles o en el Perú de Alan García.
Porque claro, los populistas lo quieren dar todo, pero sin asumir los costos de lo que dan y la emisión de dinero les cae como anillo al dedo. Pero en dolarización no se puede crear dinero y eso debería limitar esa capacitar de gastar y gastar. O eso creíamos.
Pero nunca pensamos que en lugar de crear dinero lo pedirían prestado. Al que sea, a la tasa que haya, al plazo que se encuentre. No importa cómo, mientras que financie mas y más gasto.
Y para eso, entre el 1 y el 13 de diciembre contrataron, en tres operaciones, un total de 1.650 millones de dólares de deuda, prevendiendo petróleo, prevendiendo derivados y vendiendo bonos.
Así nomás, 1.650 millones en 13 días, para seguir gastando, con 0% de emisión, pero con 100% de populismo.