Circula en estos días un libro bien escrito, bien ilustrado y bien editado sobre tema poco usual: la Policía Nacional del Ecuador, desde los Quitus, sus más remotos antecedentes rastreables y la más antigua estructura estatal de nuestros aborígenes, hasta los comienzos del presente siglo XXI.
Lo trabajos de investigación han sido realizados por el Instituto de Estudios Históricos de la Policía Nacional (INEHPOL) presidido por el Gral. en servicio pasivo Dr. Carlos Calahorrano Recalde, acompañado de un importante Consejo Editorial, antiguos jefes ya en retiro, cuyo director es el General sp. Lenín Vinueza, y de un selecto grupo de colaboradores, cuyas monografías han aparecido previamente en los últimos números de la revista INEHPOL a partir del año 2003. Especial referencia se hace en la bibliografía general sobre los aportes realizados en su época por el Cap. Mario Villalobos (3 vols de Cronología), el Prefecto Hugo Naranjo (desde 1830 a 1956) y el Cmte.Gral. sp. Jaime Sáenz (sobre los Carabineros).
Este libro es tanto más novedoso cuanto que, a página seguida, ofrece numerosas ilustraciones, documentos, imágenes, mapas y planos, fotografías antiguas, hechos y personajes que no suelen aparecer en otras publicaciones. La periodización general, aunque con denominaciones metafóricas, es la acostumbrada: los tiempos aborígenes, el período colonial, la independencia y la República. La especialización aparece, sin embargo, en el nombre de los policías: en el Incario, con quiteñismo que perdura, ‘chapas’, proveniente del quichua (‘chapac’, vigilante; ‘chapay’, vigilar); en la Colonia: alguaciles, corchetes, cuadrilleros, rondas y serenos. Ya en la República, ‘policías’, gendarmes. De 1884 a 1938 se complementa con las leyes, reglamentos y servicios la policía actual. Luego viene la modernización, que no ha cesado, pese al cambio institucional de nombres: Policía, Cuerpo de Carabineros, Guardia civil, Policía civil, Policía nacional.
Algunas personas son especialmente recordados: el Jefe del Estado, Gral. Alberto Enríquez Gallo; el teniente Héctor Cordovez, héroe de 1941; el Trtcnel. Ludgardo Proaño, que murió defendiendo el orden constitucional el 28 de mayo de 1944. Los institutos especializados de formación llevan también, cada uno, el nombre de heroicos policías: Cabo 2o. Sócrates Manrique Arboleda, Sargento 1o. José Emilio Castillo Solís que sacrificaron sus vidas en defensa de la Patria, como en Putumayo. Otros, elevados al honor del bronce, son recordados en severos monumentos y templetes creados en la Escuela Superior de Policía, en Pusuquí y en la Avenida Amazonas. Imposible mencionar en estas breves líneas los hospitales, institutos de educación, museos, radiopatrullas, equipos motorizados, tránsito urbano y vigilancia rural y tantas otras dependencias de la Policía, con tecnología de punta.