En la mitología griega, la Hidra de Lerna, era una enorme serpiente de numerosas cabezas que podían reproducirse una vez que eran cortadas y que exhalaba un vaho capaz de matar a todo lo que se hallara cerca. La versión actualizada de la hidra la constituye el programa de ajuste al que está sometido Grecia por parte de la troika formada por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central de Europa.
En palabras del Ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, las negociaciones con la troika y el Instituto de Finanzas Internacionales que representa a los acreedores se parece a la mitológica hidra, ya que, al aplicar las medidas de ajuste, aparecen nuevos problemas que demandan luego mayores ajustes.
Con el argumento que para incrementar la competitividad de la economía griega se necesita reducir los salarios, se plantea una reducción del salario mínimo vital.
Con estas medidas, se está reforzando la recesión que vive el país lo que no permite generar los ingresos tributarios suficientes para reducir el déficit. Se corta una cabeza y aparece otra.
El Ministro de la Administración declaró que la troika le exige a Grecia que despida a quince mil empleados públicos en el 2012 de un total de ciento cincuenta mil hasta fines del año 2015.
En declaraciones a la prensa, el Ministro hizo pública su oposición de eliminar puestos de trabajo al azar. Finalmente, se le exige a Grecia reducir las pensiones de jubilación, cargando el peso del ajuste no solamente sobre la espalda de los trabajadores sino también sobre los jubilados que no tienen oportunidades de trabajo para compensar por la pérdida de sus ingresos. Si Grecia, no aprueba el programa impuesto por la troika, no habrá desembolso y el país deberá declararse en moratoria ante la imposibilidad de pagar en Marzo, 14.5 mil millones de euros en bonos soberanos.
Ante esta situación, los sindicatos que consideran el ajuste como un chantaje de los acreedores, se aprestan a tomarse las calles para protestar por la severidad del programa que se les está imponiendo.
En las actuales circunstancias Grecia deberá implementar mayores ajustes; y negociar una reducción de su voluminosa deuda. Luego de Grecia, vendrá seguramente Portugal agobiado por los costos financieros que tiene que pagar para colocar nuevos papeles en el mercado, y sometido como Grecia a un severo programa de ajuste.
Estos planes que exigen sacrificios inútiles a la población, tienen un récord de fracasos en las diferentes crisis donde se los han aplicado. En vez de continuar aplicando recetas fallidas, se debería reconocer que el haber llegado a la situación actual, es responsabilidad de todos los países que forman la Unión Europea por lo cual deben compartir los costos.